Encima de la mesa estaban los operativos policiales ante el aniversario del 1 de octubre y del 3 de octubre, con los consiguientes cambios horarios, que en algunos casos incluían jornadas de 12 horas de los agentes de los Mossos. Las amenazas que penden sobre los ciudadanos de Cataluña son las actuaciones de comandos que, jaleados desde el propio Govern y desde partidos y organizaciones independentistas (desde JxCAT hasta la Asamblea Nacional Catalana u Òmnium Cultural), pretenden desestabilizar la comunidad y crear un caldo de cultivo propicio a lo que sería una ‘revuelta ciudadana’. Se trata de crear un ‘momentum’ (como le gusta decir al ‘president’ Quim Torra) favorable a la adopción de “medidas extraordinarias” cuyo único fin es “reactivar la proclamación de independencia del 27 de octubre de 2017”.
La cúpula policial presentó a Martínez un ambicioso y meticuloso plan policial en el que movilizaban a todas las unidades de las áreas regionales de recursos operativos (ARRO), de la Brigada Móvil (Brimo) y de las Unidades de Seguridad Ciudadana (USC). A última hora de la mañana, enviaban una circular interna para advertir de que se elevaba el nivel de riesgo. “Se trata de un baremo interno para evaluar situaciones críticas y estratégicas”, matiza una de las fuentes internas de los Mossos consultadas por El Confidencial.
La tensa situación entre el director general y los mandos de los Mossos no es nueva. “Su dimisión se debe a un cúmulo de circunstancias, porque los políticos siempre han intentado interferir en la labor profesional. Lo que llama la atención es que lo haga justamente un día antes del 1 de octubre y cuando se han producido las detenciones de activistas que preparaban acciones violentas y hay cientos de horas de conversaciones grabadas entre ellos”, explica otra de las fuentes. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de A. FERNÁNDEZ - El Confidencial