La plataforma en favor del independentismo catalán, investigada por la Audiencia Nacional por posibles delitos de terrorismo, usa ProtonMail para comunicarse y organizar sus movimientos. Saben que si tiran de Gmail, o mesajes privados en Twitter, Instagram, Facebook Messenger, WhatsApp o cualquiera de los servicios con sede en EEUU, estarían vendidos. Bastaría una petición judicial procedente de España para que estas compañías cerraran las cuentas a los miembros de Tsunami y entregaran sus datos a las autoridades. Con Andy Yen, la Justicia española lo tiene bastante más complicado.
Ubicada en Suiza, ProtonMail responde solo a las peticiones judiciales de ese país. Nada más. "Aquí tienen mucha historia y tradición de respeto a la privacidad", señala Yen. Con 150 empleados, su empresa se ha convertido en una especie de refugio para el activismo en todo el mundo, desde Cataluña a Hong Kong pasando por Irán, que vive estos días el mayor corte de internet a su población realizado por un Gobierno. Sin embargo, lo que a un lado del charco se considera activismo, al otro se tilda de terrorismo. Y llegan los dilemas. ¿Qué hacer si reciben una petición de cierre de cuentas que consideran injusta? ¿Obedecer? ¿Luchar? ¿Convertirse en juez y parte?
PREGUNTA. ¿Cómo pasa un físico de partículas del CERN a montar su propia 'startup' de tecnología?
RESPUESTA. La 'world wide web' se creó en el CERN a comienzos de los noventa. Cuando Snowden publicó sus archivos en 2013, los miramos con detalle y nos dijimos: internet en absoluto está yendo en la dirección en la que inicialmente se diseñó. En lugar de ser una herramienta para la libertad, en ocasiones se usa como una herramienta de espionaje y opresión. Por eso montamos ProtonMail, como un intento de cambiar la dirección en la que iban las cosas. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de MANUEL ÁNGEL MÉNDEZ - El Confidencial