
El nuevo coronavirus de Wuhan ha arruinado para muchos chinos el estreno del año de la Rata, que ha quedado eclipsado por la crisis sanitaria. El parte de víctimas hablaba de unos 1.975 infectados y 56 fallecidos, lo que supone un aumento de más del doble tanto en el número de casos (que el viernes eran 900) como de muertes (26). Hay además 2.000 personas en observación porque han estado en contacto con portadores del virus y 57 enfermos en estado crítico, por lo que las cifras seguirán aumentando en los próximos días. Solo el sábado se registraron 15 nuevas muertes e identificado 688 nuevos contagios.
Ya son 31 (sobre un total de 32; todas menos el Tíbet) las provincias donde se han detectado casos del coronavirus, todos ellos originados a partir de personas que habían llegado de Wuhan, donde se inició la epidemia. En once de ellas hay más de veinte casos. El presidente chino, Xi Jinping, reconoció al término de una reunión del órgano de dirección del Partido Comunista (el Politburó) convocada con motivo de la crisis sanitaria que la situación es “grave” ante una “epidemia que se está acelerando”.
La provincia de Hubei, epicentro del brote, es la que sigue generando mayores quebraderos de cabeza. Las autoridades han puesto aquí a 17 poblaciones en cuarentena. Los vídeos y testimonios que llegan de la capital Wuhan, de 11 millones de habitantes, hablan de hospitales desbordados, personal sanitario extenuado y un descenso alarmante del nivel de suministros médicos.
Para paliar estas carencias, la Comisión Nacional de Sanidad ha enviado a la provincia un contingente de 1.230 profesionales sanitarios del resto del país que se sumarán a los 450 mandados por el Ejército.
Además, se construirá un segundo hospital exclusivo para pacientes del coronavirus con capacidad para 1.300 personas, que se prevé que esté listo en dos semanas. Sus camas se sumarán a las 1.000 de otro nuevo centro que tienen previsto completar en solo diez días gracias al uso de módulos prefabricados. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ISMAEL ARANA - La Vanguardia