El primer movimiento no ha tardado en llegar: paralelamente a un llamamiento a asediar este lunes la sede de ERC en pleno centro de Barcelona por parte de distintas plataformas vinculadas tanto a Puigdemont como a la CUP, ha habido otro movimiento que puede ser tanto o más peligroso que esa movilización popular. Se trata de la aparición de otra candidatura independentista en las más que probables elecciones autonómicas adelantadas. Y esa candidatura está teledirigida por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que a su vez ha seguido los dictados de Puigdemont en los últimos meses.
La excusa para ello es que se avecinan buenos tiempos para pescar en río revuelto. Y por ello se ha desempolvado la candidatura de Primàries, que acudió por primera vez a las urnas en las pasadas elecciones municipales, en las que estuvo a punto de obtener representación en el Ayuntamiento de Barcelona, cosechando solo 1.000 votos menos que la CUP. Su cabeza de lista entonces fue Jordi Graupera, que viajó a Bélgica para recibir el beneplácito de Puigdemont a pesar de que no formaba parte de JxCAT ni de PDeCAT.
Pero su irrupción en el universo independentista tenía una razón de ser: quería robar votos de la izquierda independentista y, de paso, debilitar a los principales rivales de Puigdemont, materializados en la CUP y ERC. De hecho, la presentación de Graupera ‘robó’ a la CUP más de 28.000 votos en la capital de Cataluña y privó a la opción anticapitalista de tener representación municipal. Al republicano Ernest Maragall, en cambio, apenas le afectó, a pesar de que Primàries era, precisamente, un misil dirigido a la línea de flotación de su partido. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de A. FERNÁNDEZ - El Confidencial