Mientras Ortega calla y no da la cara, la gestión gubernamental ante la pandemia la ha asumido su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, quien a través de sus monólogos en medios oficiales y circulares escritas, ha dado directrices contrarias a las indicaciones para contener el virus, como promover las aglomeraciones de personas y negarse a declarar una cuarentena preventiva.
El coronavirus apareció en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019, y se ha vuelto una preocupación planetaria, que ya tiene cercada a Nicaragua a los dos lados de sus fronteras con cincuenta casos positivos en Costa Rica y ocho en Honduras. Pese a la inminencia de la peste, el comandante Ortega no ha hecho ninguna comparecencia pública para abordar la crisis del coronavirus, y los planes preventivos que su régimen tiene preparados.
Lo más cerca que el comandante Ortega ha estado del tema del covid-19 sucedió el pasado doce de marzo, cuando participó en una reunión virtual organizada por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) con el resto de presidentes de la región. Sin embargo, durante su corta intervención de un minuto con quince segundos, al final de la reunión, Ortega no le habló a los nicaragüenses, quienes durante semanas han seguido expectantes, con temor e incertidumbre, la amenaza del coronavirus.
En cambio, Ortega se refirió a un documento elaborado por el SICA que tiene un enfoque regional. “Este documento que ha sido presentado, es un plan de acción con medidas que le dan una señal clara a nuestros pueblos que estamos definiendo el plan de acción para atender esta situación de emergencia”, dijo Ortega sin precisar las acciones para Nicaragua.
“Se ha enriquecido la propuesta a medida que escuchamos las intervenciones y de cómo implementar los fondos. (Escuchamos) los planteamientos del presidente (Alejandro) Giammattei, del presidente de Costa Rica (Carlos Alvarado)… tenemos elementos que enriquecen el documento, y que, por lo tanto, no le restan validez, sino que estamos seguros que vamos a lograr sacar este documento. Es una palabra de compromiso y de aliento para los pueblos centroamericanos”, agregó vagamente el mandatario sandinista.
Cuatro intervenciones públicas en 85 días
Antes de esta intervención en la reunión virtual del SICA, Ortega solo había tenido cuatro intervenciones públicas en lo que va del año 2020. El 22 de enero durante las honras fúnebres del combatiente histórico originario de Estelí, Juan Ramón Ramos; el 10 de febrero, cuando sostuvo un encuentro con una “delegación de alto nivel” de Vietnam; el 21 de febrero, durante un acto de Ejército de Nicaragua para entronizar al general Julio César Avilés, y el 27 de febrero, cuando recibió las cartas credenciales de cinco embajadores concurrentes.
Antes de estas cuatro intervenciones públicas en 2020, la última vez que Ortega participó en un acto fue el 16 de diciembre de 2019, durante una graduación de cadetes de la Policía Nacional. Es decir que, en un plazo de 85 días, a Daniel Ortega se le vio en solo cuatro ocasiones.
A pesar de que la imagen de Ortega está presente en casi cualquier parte de Nicaragua, al mandatario se le ve muy poco afuera de su residencia y despacho en Reparto El Carmen, donde ocasionalmente recibe a algunos visitantes extranjeros. Una investigación de CONFIDENCIAL, en abril de 2017, reveló que entre enero de 2012 y abril de 2017, Ortega solo había tenido 296 actos o intervenciones públicas, y únicamente en dieciocho de esas ocasiones había salido de la capital rumbo a otros municipios del país, exactamente a ocho de los 153 en que se divide Nicaragua. El comportamiento de Ortega no ha variado desde entonces, excepto para disminuir aún más. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de confidencial.com.ni