En medio del quebradero de cabeza que supone comenzar el desconfinamiento de 67 millones de personas que llevarán casi dos meses encerradas en sus casas cuando llegue el 11 de mayo, el origen de este acalorado debate fueron unas declaraciones del presidente del consejo científico que asesora a Macron, Jean-François Delfraissy.
“Deberán continuar el confinamiento”, comentó Delfraissy ante el Senado el miércoles, en alusión a las personas mayores de 65-70 años, que son las más vulnerables, así como las que tienen una patología grave o problemas de obesidad, una parte de la población que suma unos 18 millones de individuos y en la que está incluido el mismo, por tener 71 años. "Por cuánto tiempo, no lo sé, quizás habrá que esperar a que haya un tratamiento preventivo”, prosiguió el presidente del consejo científico. Dado que no se espera que haya una vacuna hasta bien entrado 2021, las alarmas no tardaron en saltar.
Para Alain Minc, que acaba de cumplir —en pleno confinamiento— 71 años, esta medida atenta contra las libertades individuales y podría ser discriminatoria. “Hay que razonar un poco. ¿Son los viejos los más contagiosos? No. ¿Son los que más riesgo corren? Sí. Pero asumir un riesgo forma parte de la libertad individual”, sostuvo en declaraciones a la emisora France Info, donde advirtió de que, de no recular, el Gobierno iba a ver cómo “aumenta fuertemente la rebelión de los viejos, la revolución de las canas, en las próximas semanas”. Desde las páginas de Le Figaro, la psicóloga y autora Marie Hennezel, de 73 años, calificó esta barrera de edad “tan arbitraria como injusta, discriminatoria y anticonstitucional”. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de SILVIA AYUSO - El País