Como informó El Espectador el pasado 2 de mayo, es poco lo que se conoce sobre García Luna, ascendido en diciembre de 2016 a brigadier general. Especializado en inteligencia militar, con cursos de analista, entrevistador y de inteligencia estratégica, entre muchos otros, su hoja de vida oculta, sin embargo, su paso por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), donde fue director de Inteligencia entre enero y noviembre de 2003, época en la que se creó dentro de ese organismo el Grupo Especial de Inteligencia 3 (G-3) y fue llevada a cabo una masiva operación contra más de 300 personas entre periodistas, sindicalistas, defensores de derechos humanos y políticos de oposición.
García Luna fue trasladado al DAS mediante una comisión de servicios del comando general del Ejército, en aquella época dirigido por el general Carlos Ospina Ovalle. De acuerdo con su testimonio, rendido en julio de 2012 en uno de los juicios contra miembros del DAS por las llamadas “chuzadas”, su nombramiento en el órgano de inteligencia civil de la Presidencia —liquidado de forma definitiva en 2014— se produjo en el momento “más crítico” del gobierno de Álvaro Uribe, pues “hacía escasamente un año se había salido del Caguán” y existía la amenaza de retoma de la guerrilla de algunas áreas del país”.
Según sus palabras, su llegada al DAS completó la transición entre las administraciones de Pastrana y Uribe, período durante el cual “hubo integración del DAS con otras fuerzas”. Esas colaboraciones entre militares y DAS quedaron en evidencia en documentos incautados por la Fiscalía en 2009, así como la llegada o ascenso en el DAS de funcionarios enviados a cursos en la Escuela de Inteligencia Ricardo Charry Solano —donde García Luna había sido profesor y tras su salida del DAS como subdirector— o que también estuvieron vinculados a las Fuerzas Militares, como José Miguel Narváez y Juan Carlos Sastoque, quienes resultaron condenados o están a la espera de sentencia por interceptaciones ilegales, concierto para delinquir, tortura psicológica y abuso de autoridad, entre otros delitos. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Claudia Julieta Duque - El Espectador