Diego Cadena |
La misma suerte corrió Diego Palacio, un médico convertido en ministro de protección y que quizás jamás había oído nombres tan exóticos como Yidis y Teodolindo, acabó pagando con su libertad y su carrera el insaciable deseo de poder de Uribe. A María del Pilar Hurtado, que fue jefa del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), le fue peor. Joven e inteligente profesional, en algún momento deslumbrada por el caudillo, cumple hoy silenciosamente catorce años de prisión por efectuar seguimientos ilegales a magistrados y críticos del presidente, como lo siguen llamando.
La lista podría seguir: Bernardo Moreno, Alberto Velásquez, Jorge Noguera, etc. En medio de nombres tan sonoros, el del abogado Diego Cadena resulta casi insignificante. Lo novedoso es que este fulano, del que pocos habían oído antes del escándalo, dejó las huellas necesarias para que la justicia decida –de una vez por todas– si el expresidente Uribe es intocable.
Aunque son varios los declarantes manejados por Cadena para beneficiar al senador Álvaro Uribe en el proceso que le adelanta la Corte Suprema de Justicia por soborno de testigos y fraude procesal; el debate se ha concentrado, al menos por ahora, en dos exparamilitares: Carlos Enrique Vélez y Juan Guillermo Monsalve.
Hoy solo hablaremos de Vélez.
Iván Cancino, el defensor de Cadena que parece defender más a Uribe que a su cliente –así como su defensa de Cayita Daza ha consistido en garantizar su silencio–, dijo una verdad: Carlos Enrique Vélez es un falso testigo. La afirmación, curiosamente cierta, fue inmediatamente retomada en letras de molde por la defensa oficial de Álvaro Uribe. ->>Vea más...
FUENTE: Daniel Coronell - Artículo de Opinión