Por ejemplo, mi país, el Tíbet, es la mejor fuente de agua en Asia. Ríos que incluyen el Indo de Pakistán, el Ganges y Brahmaputra de la India, el río Amarillo de China y el Mekong, fluyen desde la meseta del Tíbet. Entonces deberíamos prestar más atención a la preservación de la ecología tibetana. Esto no es solo para el interés de 6 millones de tibetanos sino para todas las personas en esta región. En el pasado, cuando volaba sobre Afganistán, había señales claras de que lo que solían ser lagos y arroyos ya estaban secos. Siento que el Tíbet también puede volverse así pronto. Con respecto a los asuntos políticos del Tíbet, ya me he retirado. Pero con respecto a la ecología y la cultura muy rica del Tíbet, estoy totalmente comprometido, de acuerdo con Time.
Los seres humanos tenemos estas mentes maravillosas y brillantes. Pero también somos los mayores alborotadores del planeta. Ahora deberíamos utilizar nuestros cerebros con compasión y un sentido de preocupación. Es por eso que uno de mis compromisos es la promoción de valores humanos más profundos.
Desde el nacimiento, confiamos en los demás, particularmente en nuestras madres. A partir de entonces, la existencia de cada individuo depende completamente de una comunidad, porque somos un animal social. La comunidad es la fuente de nuestra felicidad, por lo que debemos cuidarla. Así que ahora, en los tiempos modernos, el concepto de humanidad es una comunidad. Este, oeste, norte, sur: todos son interdependientes. La economía moderna no tiene fronteras nacionales. Por lo tanto, ahora necesitamos un sentido de unidad de los 7 mil millones de seres humanos. En el pasado, se crearon muchos problemas debido a un énfasis excesivo en nuestras diferencias, como las nacionalidades y las religiones. Ahora, en los tiempos modernos, ese pensamiento está desactualizado. Deberíamos pensar en la humanidad, en el mundo entero.
Debemos escuchar a los científicos y especialistas. Sus voces y conocimientos son muy importantes. Y las personas religiosas deberían prestar más atención a los científicos en lugar de simplemente rezar, rezar, rezar. En la antigua tradición budista de Nalanda, que seguimos los tibetanos, todo se investiga y no se acepta solo por la fe. Si a través del razonamiento encontramos alguna contradicción, incluso en las propias palabras de Buda, entonces tenemos el derecho de rechazarlas. Desde la infancia, siempre estuve en un gran debate. Nuestro pensamiento no se basó en la fe sino en el razonamiento.
Buda mismo no nació en un palacio sino debajo de un árbol. Alcanzó la iluminación debajo de un árbol Bodhi. Cuando pasó, estaba debajo de un árbol. Una de las reglas durante nuestro retiro de los monzones es que no debemos cortar nada verde. Esto muestra que el mismo Buda prestó atención a los problemas ecológicos.
Horas, minutos y segundos: el tiempo nunca se detiene. También somos parte de esa naturaleza. El pasado es importante, pero ya es pasado. El futuro aún está en nuestras manos, por lo que debemos pensar en la ecología a nivel mundial.
FUENTE: Agencias