"Rocío está sorprendida por el apoyo que está recibiendo", nos dicen en su entorno cuando nos interesamos por cómo ha vivido ella no solo los datos de audiencia, que eran más que previsibles, habida cuenta de su prolongado silencio durante dos décadas, sino el torrente de adhesiones que encontró en redes sociales, donde incluso logró alcanzar un consenso entre líderes políticos y formaciones que mantienen diferencias irreconciliables.
Así, veíamos como la ministra de Igualdad, Irene Montero, manifestaba que "el testimonio de Rocío Carrasco es el de una víctima de violencia de género" (este lunes intervenía en 'Sálvame', lo que evidencia el impacto de lo que el domingo sucedía en televisión), mientras que Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, subrayaba que "su testimonio tiene un gran valor para visibilizar la violencia de género". Rocío Monasterio, presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid, afirmaba que "hoy media España ha entendido lo que es el síndrome de alienación parental. Lo sufren miles de niños, unos víctimas de padre, otros de madre".
La hija de Rocío Jurado, nos dicen, "está feliz", pero también deseosa de que siga avanzando la emisión de esta serie documental, "para que se pueda ver todo lo que se ha quedado en el aire y que tiene que desvelarse". Por el momento, en el capítulo 0, titulado 'Como las alas al viento', que tomaba el nombre de una de las canciones más celebradas de 'la más grande', narraba de forma desagarradora su situación actual, consecuencia del calvario vivido durante más de dos décadas, en las que hubo por su parte un intento de suicidio y en los que se rompió su relación con sus hijos.
Mientras, en el capítulo primero, 'Como una ola', solamente se abordaban los dos primeros años de su relación sentimental con Antonio David Flores, desde que se conocieron en la playa de Chipiona en 1995. Un relato que comenzaba desde la ilusión de un amor de juventud al temprano deterioro de la pareja. ->>Vea más...