Por: Daniel Coronell - El condenado senador Eduardo Pulgar ya confesó que cometió el delito de tráfico de influencias ante el Ministerio de Educación para favorecer a su amigo Luis Fernando Acosta Osío en su propósito de controlar la Universidad Metropolitana de Barranquilla. Tanto la actual ministra, María Victoria Angulo, como su antecesora Yaneth Giha tienen que explicarle a la justicia por qué en sus administraciones han favorecido al patrocinador del hoy preso Pulgar.
Esta semana, después de la publicación de la columna ‘Pulgaridad’, la ministra Angulo fue citada a declarar ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema que sigue otro proceso contra el senador que -entre otros negocios- actuaba como frenético lobista de Acosta Osío.
La empresa criminal empezó a operar antes de la llegada de la ministra Angulo y también antes del gobierno de Iván Duque. Hay evidencias de que Pulgar ejercía sus influencias ilegales y actuaba como puente entre Acosta Osío y el Ministerio de Educación, también bajo la administración de Juan Manuel Santos.
Noviembre de 2016 fue un mes muy activo en la guerra por el control del millonario negocio de la Universidad Metropolitana que junto con su hospital factura 80.000 millones de pesos al año. Acosta Osío necesitaba que el ministerio desautorizara la inscripción de un rector que había sido elegido por su contraparte el viernes 11, antes de un puente.
En esas misma fechas, el Ministerio de Educación pasaba por un período de interinidad. La ministra Gina Parody había renunciado el 4 de octubre y su sucesora Yaneth Giha se iba a posesionar el 16 de noviembre. Estaba a cargo del despacho el viceministro Francisco Cardona.
Los registros de visita al ministerio muestran que el primer día hábil después de la decisión llegaron Luis Fernando Acosta Osío y el senador Eduardo Pulgar, al parecer por separado. Acosta entró a las 7:42 de la mañana y en los libros no quedó establecido a quién fue a visitar pero estuvo allá por más de ocho horas porque salió a las 16:14.
Ese mismo día, martes 15 de noviembre, el senador Eduardo Pulgar entró al ministerio a las 10:43 de la mañana y estuvo seis horas. Salió de las instalaciones a las 16:15, es decir prácticamente al tiempo con Acosta Osío.
El ministro encargado Francisco Cardona los recibió a los dos, al mismo tiempo, por menos de cinco minutos y les dijo que el tema de aceptar o negar la inscripción del nuevo rector era algo que debería resolver la Subdirección de Inspección y Vigilancia a donde los remitió.
Hay un dato curioso. Esa noche, después de la medianoche, a las 12: 47, Acosta Osío llegó a la oficina del senador Eduardo Pulgar en el edificio del congreso. El libro de seguridad registra que estuvo hasta las 3:14 de la madrugada.
La trasnochada no fue obstáculo para que Acosta Osío llegara ese mismo día muy a las 9:03 de la mañana al Ministerio de Educación donde estuvo hasta las 15:17 de la tarde. Cinco minutos después de su partida llegó el senador Pulgar.
FUENTE: Artículo de Opinión – Los Danieles