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domingo, 31 de julio de 2022

(Colombia) La vanidad del presidente y el deterioro de la libertad de prensa (+Opinión)

Por: Jonathan Bock -
A lo largo de cuatro años Duque implementó una estrategia lesiva contra la libertad de prensa. Construyó una poderosa máquina de comunicaciones y segmentó al periodismo entre amigos y enemigos.

Existen varias postales que permiten recordar la relación entre Iván Duque y la prensa que lo cuestionó. Displicente: la recordada frase “¿De qué me hablas, viejo?” para evitar la pregunta de un reportero de El Heraldo que le preguntaba por el bombardeo donde murieron menores de edad. Inverosímil: Duque haciéndose una autoentrevista durante los días más álgidos de las manifestaciones del 2021. Cínico: el presidente le sugirió al periodista Stephen Sackur de la BBC que estaba diciendo mentiras cuando realmente quien entregaba información falsa era Duque.  

Sin embargo, no se trata únicamente de anécdotas. A lo largo de cuatro años el presidente implementó una estrategia lesiva contra la libertad de prensa que tenía dos objetivos. El primero, construir una poderosa máquina de comunicaciones con el propósito de posicionar su propia versión de los hechos y, el segundo, segmentar al periodismo entre amigos y enemigos. 

Para el primer objetivo Duque triplicó el equipo de comunicaciones de la Presidencia, que en el 2018, al cierre del gobierno de Santos, tenía contratadas a quince personas y que actualmente está integrado por 54. Adicional, la Presidencia gastó más de 46 mil millones de recursos públicos en pauta oficial. La mayoría de los contratos tenía como objeto crear piezas de propaganda política, reforzar las narrativas sobre su gestión, figurar en medios internacionales y monitorear las redes sociales para identificar a quienes opinaban sobre su administración.

En ese propósito de crear canales de comunicaciones unidireccionales el programa de Prevención y acción engranó de manera perfecta. Este espacio diario se prolongó durante más de un año y se transmitieron 404 horas. Si bien al comienzo estaba encaminado a explicar la pandemia del Covid-19 el programa terminó convertido en un show donde Duque publicitaba las acciones de su gobierno, un monólogo de comunicación oficial que no dejaba ningún espacio para preguntas de periodistas, cuestionamientos de ciudadanos o voces de la oposición.  

Al tiempo que el ejecutivo engrosaba su propia máquina de comunicaciones, Duque y sus asesores etiquetaron como “negativos” a un amplio sector de la prensa y construyeron un muro inquebrantable, que bloqueó a los medios que anticiparon como incómodos. Durante estos cuatro años, el presidente dio nueve ruedas de prensa y realizó 272 entrevistas. Una de cada seis entrevistas fue a RCN, radio y televisión. Diecinueve veces atendió a Blu Radio. Por el contrario, a El Espectador le concedió una sola entrevista y a La Silla Vacía ninguna. ->>Vea más... 
 
FUENTE: Artículo de Opinión – Los Danieles

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