El desplome gubernamental ha sido fulminante. La pésima gestión de Carmen Calvo —responsable inmediata de la crisis— sobre las concesiones a los partidos separatistas (de nuevo el trabalenguas del 'relator') y la impresión arraigada en los medios de comunicación, incluso en los proclives a apoyar al Ejecutivo, de que el esfuerzo negociador con los grupos catalanes respondía mucho más al interés de Sánchez por permanecer en la Moncloa con los Presupuestos de 2019 aprobados que a explorar soluciones estadistas a la crisis catalana, han privado de credibilidad al presidente del Gobierno que pese a su conocido "manual de resistencia" ha tenido que ceder.
En el PSOE había cundido la seguridad de que la prolongación de las conversaciones con los independentistas, de los que el Gobierno no ha obtenido ni la más mínima de las concesiones, conducía al partido a perder las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo y a reducir sus posibilidades en unas eventuales generales. En la organización había comenzado a alarmar la tozudez de Sánchez y su imperturbabilidad ante el curso de los acontecimientos. Una serie de pronunciamientos concatenados de dirigentes del PSOE —incluidos González y Guerra— y una acerva crítica de referentes mediáticos de la izquierda a su decisión sobre el traído y llevado relator, han terminado por doblar el pulso al inquilino de la Moncloa. ->>Vea más...
FUENTE: Columna de Opinión "Notebook" - JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS - https://blogs.elconfidencial.com