El balance lo proporcionó el gobernador de Flandes Oriental, Jan Briers, citado por la agencia Belga. Las víctimas son habitantes que residen en una zona alejada del lugar del accidente y la ministra del Interior, Joelle Milquet, apuntó a la emanación de gases tóxicos como posible causa.
El accidente se produjo hacia las 02H00 locales (00H00 GMT) entre las localidades de Schellebelle y Wetteren. Seis de los trece vagones del tren descarrilaron y dos volcaron.
El incidente provocó una explosión y una llamarada se propagó a varios centenares de metros. El fuego se inició en tres cisternas que transportaban acrilonitril, un producto químico líquido inflamable utilizado en los plásticos.
El gas que emana es próximo al cianuro, indicaron los expertos. Esto motivó la decisión de evacuar a unas 300 personas en un radio de 500 metros alrededor del accidente. Las emanaciones tóxicas afectaron más allá, a través de las aguas residuales, explicó Milquet.
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