El fallo del Supremo que ha rechazado todos y cada uno de los argumentos que los acusados enumeraron en su escrito de casación, en el que aludían a un quebrantamiento de forma, infracción de la Ley y vulneración de precepto constitucional considera que hubo indicios suficientes de una red de narcotráfico que avaló el sistema de escuchas. Los pinchazos telefónicos corroboraron la información de un confidente que alertó de que había un grupo de personas organizadas que se valían de la condición de auxiliar de vuelo de uno de ellos para atravesar los controles del aeropuerto de Barajas minimizando el riesgo de detección policial.
El Alto Tribunal alude a los indicios suficientes que sostuvieron la investigación, así como las prórrogas de las escuchas, ya que se observó un alto nivel de vida por parte de los investigados, uno de ellos auxiliar vuelo, así como conversaciones y continuas citas en un local benidormí.
Los registros policiales permitieron, según esgrime el fallo del Supremo, incautar más de 13 kilos de cocaína en un garaje de Benidorm donde se ocultaba la mercancía. Asimismo, según el documento judicial, los registros domiciliarios aportaron pruebas como los trajes de piloto de Ryanair que fueron hallados en la vivienda de uno de los acusados y las credenciales. En este mismo domicilio se detectó un cheque de 12.000 euros, aunque no se pudo concretar que proviniera de la actividad ilícita investigada.
En concreto, dos de los acusados se hicieron pasar por pilotos para sortear los controles del aeropuerto de Barajas. El que fuera auxiliar de vuelo adquirió dos trajes previamente para poder sortear los filtros aeroportuarios. El Supremo ratifica que dos de los procesados simularon ser pilotos para introducir la droga en España.
Cuatro de los implicados fueron condenados en 2011 y el Supremo mantiene el castigo impuesto por la Audiencia Provincial de Alicante, que sin embargo, absolvió a otros siete acusados que fueron a juicio pero de los que no quedó demostrada su participación en los hechos más allá de las conversaciones que se escuchan en las llamadas telefónicas intervenidas.
El Tribunal Supremo mantiene para los dos condenados que se hicieron pasar por pilotos de Ryanair penas de siete años y tres meses de cárcel, mientras que al presunto cerebro de la red se le ratifican los ocho años de prisión que dictó la Audiencia Provincial de Alicante. El cuarto condenado está considerado como un cómplice del grupo al figurar como titular del alquiler de uno de los inmuebles en los que se almacenaría la droga. Su condena es de cuatro años de prisión. Las multas para los condenados superan los 430.000 euros.
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