El epicentro se localizó en la región de Miyagi-ken Oki el noroeste del país, a una profundidad de 50 kilómetros. Se ha cortado la comunicación ferroviaria, aunque no hay peligro de tsunami. La radio local insta a los habitantes de la zona a que se refugien debajo de las mesas.
Por su parte, el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) evalúa la magnitud del terremoto en 5,8.
El sismo ha ocurrido en el punto exacto donde se desató el megaterremoto de magnitud 9.0 en Japón el 11 de marzo de 2011. La compañía Tepco declara que el terremoto no ha dañado el reactor de Fukushima. No se reportaron víctimas, heridos ni daños materiales.
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