Aparentemente la policía es responsable de todos los disparos. Fuentes de seguridad dijeron que la sospechosa no disparó ningún arma y destacaron que no había indicios de que tuviera alguna en el vehículo.
La jefa de la policía del Capitolio, Kim Dine, ha declarado que "hasta donde sabemos, ningún oficial fue impactado por disparos", mientras que la jefa del Departamento de Policía de Washington, Cathy Lanier también ha confirmado en rueda de prensa que la sospechosa aparentemente no estaba armada, y que falleció al ser trasladada a un hospital local tras el tiroteo. De hecho, incluso la identificación de Carey, nacida en Nueva York, fue difícil por "la extensión de las heridas que presentaba", según informaron fuentes policiales al diario The New York Times.
Según las informaciones preliminares, el incidente comenzó en la avenida Pensilvania, frente a la Casa Blanca. Al parecer, la mujer intentó traspasar con su vehículo una barrera de seguridad de la residencia oficial del presidente, y a raíz de ello comenzó una persecución por parte del Servicio Secreto, el cuerpo encargado de la seguridad del jefe del Gobierno, que terminó en las inmediaciones del Capitolio. El suceso ha sido calificado por las autoridades como un "incidente aislado", quedando descartada cualquier vinculación con un acto terrorista (una de las hipótesis barajadas en primera instancia).
Terrance Gainer, un sargento de la Policía del Capitolio de 23 años de edad resultó herido en un choque como consecuencia de la persecución.
En el interior del vehículo fue hallada la hija de Carey, una niña de aproximadamente un año de edad, que resultó ilesa por la persecución y permanece bajo protección de las autoridades.
FUENTE: Agencias - http://www.aporrea.org |