La urna con las cenizas del Gabo, como cariñosamente era llamado por familiares, amigos y seguidores de su obra, fueron trasladadas en una caravana desde su casa en la capital mexicana, en la colonia Jardines del Pedregal, al también llamado Palacio de Bellas Artes, ubicado en el centro histórico de esa ciudad.
Las cenizas entraron al palacio con el aplauso de los asistentes, quienes además rindieron homenaje al padre del realismo mágico con güiro, tambor y acordeón, además de letreros con diversos mensajes como "Gabo vive".
Los actos oficiales comenzaron pasadas las cuatro de la tarde en la capital mexicana y los primeros en ser parte de la guardia de honor fueron María Cristina García Cepeda, directora del INBA; Rafael Tovar, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) de México; Mercedes Barch y Gabriel y Rodrigo, hijos de Gabo.
También estuvo presente su hermano Jaime, el periodista y novelista colombiano William Ospina, entre otros intelectuales mexicanos de distintas latitudes. El acto también estuvo acompañado de un cuarteto de cuerdas que se encargó del fondo musical al interpretar géneros de la música favorita del escritor, entre ellos Bartók, cumbia y vallenato.
Pasadas las siete de la noche asistieron los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Colombia, Juan Manuel Santos, quienes finalizaron la guardia de honor.
En transmisión de Telesur, Peña Nieto señaló que Gabo fue "el más grande novelista de América Latina de todos los tiempos". Asimismo, destacó que "llevó en su obra el realismo mágico a su máxima expresión, asumiendo que la ficción y la realidad es inesperable para los seres humanos".
Por su parte, Santos expresó que García Márquez fue el "más grande colombiano de todos los tiempos (...) quien incorporó en sus obras la esencia misma del ser latinoamericano y muy especialmente del ser Caribe".
Las palabras de ambos mandatarios fueron seguidas de una ofrenda al escritor en la que se liberaron mariposas amarillas desde los balcones del palacio.
Fernanda García, seguidora de la obra del escritor, acudió al palacio con rosas amarillas y señaló que el autor le enseñó “a sorprenderse con cosas tan pequeñas como el hielo y ver volar mariposas amarillas”.
Asimismo, Zarai Wualderrama, estudiante de Letras de la Universidad Autónoma de México, destacó que el García Márquez reflejó en su obra “que la literatura puede ser sincera”.
El INBA, principal recinto cultural de ese país, fue también el escenario donde el pueblo mexicano rindió el último adiós a los artistas Mario Moreno "Cantinflas", María Félix y Frida Khalo, entre otros.
El autor de El coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en tiempos del cólera (1985) y El general en su laberinto (1989), entre otros títulos, falleció este 17 de abril a los 87 años de edad, luego de batallar contra una infección pulmonar que afectó de manera severa su salud. La información fue suministrada por la periodista colombiana Fernanda Familiar, luego de que familiares del artista así lo autorizaran.
FUENTE: AVN |