En su libro Decisiones Difíciles, publicado este año 2014, Clinton confiesa que "en los días siguientes [después del golpe] hablé con mis homólogos de todo el hemisferio, incluida la secretaria [Patricia Espinosa] en México" con el objetivo de organizar "rápidamente" unas elecciones que tuvieran como resultado hacer "irrelevante" "la cuestión de Zelaya", escribió la ex secretaria del Departamento de Estado, oficina que al momento del golpe decía que la administración de Barack Obama quería que Zelaya retornara a la Presidencia.
La confesión de Clinton fue tema de análisis en el más reciente artículo de Mark Weisbrot, estadounidense experto en política exterior y económica, presidente de la organización Just Foreing Policy, que promueve una diplomacia norteamericana basada en el respeto, el derecho y la cooperación.
Weisbrot, cuyo artículo fue publicado en el sitio español Publico.es, menciona que "Clinton admite que ella utilizó el poder de su oficina para asegurarse que Zelaya no volviera a la Presidencia".
"Esto tal vez no sea una sorpresa para aquellos que han seguido de cerca el drama después del golpe (...) Pero la historia oficial, la cual fue debidamente aceptada por la mayoría de los medios de comunicación, era que la Administración de Obama en realidad estaba en contra del golpe y quería que Zelaya retornara a la Presidencia", denuncia el articulista.
Agrega que "la cuestión de Zelaya era cualquier cosa menos irrelevante", pues "líderes de América Latina, la Asamblea General de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales reclamaron vehementemente su regreso inmediato a la oficina. La posición desafiante y antidemocrática de Clinton provocó un descenso en las relaciones de Estados Unidos con varios países de América Latina, algo que ha continuado hasta la fecha. Se ha erosionado la cálida bienvenida y el beneficio de la duda que incluso los gobiernos izquierdistas de la región le habían ofrecido a la recién instalada Administración de Obama unos meses antes".
En su artículo, Weisbrot cita a Dana Frank, investigadora experta en temas hondureños, quien señala que tras el derrocamiento de Zelaya, el Gobierno posterior al golpe "recompensó a los partidarios del mismo con puestos altos en ministerios. Ellos abrieron la puerta, a su vez, para el agravamiento de la violencia y la anarquía...".
A lo que Weisbrot añade: "La tasa de homicidios, ya la más alta del mundo, aumentó en un 50% de 2008 a 2011; la represión política y los asesinatos de los candidatos políticos de la oposición, organizadores campesinos, y activistas LGBT aumentaron y continúan hasta el día de hoy. Los feminicidios se dispararon. La violencia e inseguridad fueron exacerbados por un colapso institucional general. La violencia relacionada con las drogas ha empeorado en medio de denuncias de corrupción en los servicios de la policía y el Gobierno de Honduras. Mientras las pandillas son responsables de gran parte de la violencia, las fuerzas de seguridad en Honduras también han participado en una ola de asesinatos y otros crímenes contra los derechos humanos con impunidad".
Golpe Militar
La madrugada del 28 de junio de 2009, un comando de militares encapuchados irrumpió en la vivienda de Zelaya, lo secuestró y trasladó en un avión a la vecina Costa Rica, donde llegó sin nada más que su ropa de cama.
Por esos días, el mandatario electo por la mayoría del pueblo hondureño iba a consultar al país si querían ir a un referéndum sobre una reforma de la Constitución durante las elecciones previstas para noviembre, aunque para ese momento no era posible que Zelaya prorrogara su mandato.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos utilizó acusaciones falsas de manipulación de la Constitución para justificar ese golpe militar que derrocó a Zelaya.
Dos años después, en 2011, el Parlamento de Honduras aprobó una reforma a la Constitución Nacional, a través de la cual el cuestionado presidente Porfirio Lobo podía aspirar a la reelección sin restricciones, aún cuando por una iniciativa similar, el mandatario Zelaya fue derrocado y expulsado del país.
FUENTE: AVN |