A finales del mes pasado, el escándalo se desató cuando el alcalde Gong Weiguo llamó a la Policía desde un karaoke creyendo que estaba en peligro, para cuando llegaron los agentes de seguridad, el funcionario público se encontraba supuestamente desnudo y drogado, según publica el diario South China Morning Post.
Para un abogado especializado en estos casos, esto es solo una parte de un “creciente problema de adicciones y corrupción entre miembros del Partido Comunista”, ya que las drogas han emergido como un incentivo de corrupción entre el Gobierno chino.
“El número de funcionarios que se drogan puede ser muy alto, más de lo que imaginamos. No hay mucha gente en China que pueda costearse el consumo de drogas por una larga temporada (…).Con más dinero del que necesitan y sin religión, algunos funcionarios encuentran un descanso (de las presiones del trabajo) en las drogas”, señaló la misma fuente.
Por su parte, Yang Bin, antiguo Fiscal del sur de China, cree que las presiones de los funcionarios son altas en el trabajo en relación a sus superiores, por lo que invitó al presidente Xi Jinping a acabar con los formalismos en el trabajo para atacar de raíz esta polémica.
“Son forzados a actuar como perros frente a sus superiores y no les está permitido decir lo que piensan”, indicó Yang al diario.
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