A pesar de que Hollande ha recuperado algo de popularidad tras los atentados, los sondeos no han reflejado que esto suponga una caída para el partido ultranacionalista, que está primero en intención de voto. El primer ministro, Manuel Valls, ha pedido en esta casi inexistente campaña una movilización de izquierda y derecha para evitar que el Frente Nacional se haga con varias regiones Francesas.
El expresidente Nicolas Sarkozy, sin embargo, se ha mostrado contrario a cualquier acuerdo con los socialistas.
Las encuestas vaticinan una victoria del partido liderado por Marine Le Pen en, al menos dos regiones, tradicionalmente de izquierdas. En el Norte Paso de Calais-Picardía, donde ella tiene su circunscripción y en el sur, en Provenza Alpes Costa Azul, donde es candidata su sobrina, la diputada Marion Maréchal-Le Pen.
Los comicios tienen lugar bajo el país en estado de emergencia, por lo que la seguridad se ha incrementado de forma considerable, no solo en los colegios electorales, sino también en las calles, por las que patrullan los militares.
La segunda vuelta tendrá lugar el próximo domingo y será el último test político antes de las presidenciales de 2017.
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