
El jefe de policía detalló que ese sospechoso, del que no ha trascendido la raza, falleció porque la policía utilizó “una bomba robot”, es decir, un explosivo adosado a un robot que los agentes enviaron cerca del agresor.
“No vimos otra opción”, justificó Brown, que indicó que el sospechoso se atrincheró durante más de una hora armado en un aparcamiento de Dallas mientras profería numerosas amenazas y aseguraba que “quería matar a gente blanca, especialmente a agentes de policía blancos”.
El sospechoso, que disparó contra los agentes que intentaban convencerlo de que se rindiese, también aseguró que había colocado bombas en el estacionamiento en el que se encontraba y por todo el centro de la ciudad, lo que provocó la posterior búsqueda de esos paquetes sospechosos.
La policía, que mantiene acordonado un amplio sector del centro de Dallas, descartó la existencia de explosivos tras registrar la zona.
De esta forma, las autoridades siguen investigando el ataque coordinado registrado anoche durante una protesta contra la violencia policial que se desarrollaba pacíficamente en el centro de Dallas y que ha dejado cinco agentes muertos, siete policías heridos y otros dos civiles heridos.
“El sospechoso dijo que no estaba afiliado a ningún grupo y que en esto estaba solo”, aseguró Brown, despejando la posibilidad de que el agresor tuviera vínculos con algún grupo terrorista o se hubiera coordinado con el movimiento “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa”), que pide el fin de la violencia policial.
“El sospechoso dijo que estaba enfadado con el tema de ‘la vida de los negros importa’ y que estaba enfadado por las recientes muertes perpetradas por policías”, añadió Brown, el jefe de la policía local, que es afroamericano.
El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados en EEUU.
En concreto, la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían sometido en el suelo en Baton Rouge (Luisiana), y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights (Minesota) al ser disparado por un policía que le detuvo en su vehículo por una infracción de tráfico.
El país ha vivido repetidos episodios de tensión racial desde hace más de un año, especialmente tras la muerte en Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.
FUENTE: EFE - http://mundohispanico.com