
Fue miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, siendo inicialmente discípulo de Freud. Sin embargo, sus teorías se independizaron más tarde del psicoanálisis institucional. De sus estudios de Freud, los puntos que más le interesaron fueron el inconsciente, la neurosis y la libido.
Filósofo que trató de lograr la síntesis entre el marxismo y el psicoanálisis, mientras que algunos lo califican como uno de los pensadores más «lúcidos y revolucionarios» del siglo XX, cuyos libros fueron quemados; otros aseguran que sus ideas y teorías bien podrían catalogarse como delirios.
Fue expulsado de los círculos comunistas y de la escuela psicoanalítica por lo radical de sus planteamientos, perseguido por los nazis en Alemania por su libro Psicología de masas del fascismo, expulsado de Dinamarca y Noruega por presiones del gobierno nazi, y, finalmente, juzgado en Estados Unidos durante la Caza de Brujas del Senador McCarthy, donde se le diagnosticó esquizofrenia progresiva, siendo lanzados sus manuscritos a la hoguera en el Incinerador Gansevoort de Nueva York el 23 de octubre de 1956 (lo que sólo logró aumentar la curiosidad por su persona). Un año después, Reich murió en la cárcel de un ataque al corazón, un día antes de apelar su sentencia.
En su obra Pasión de juventud, que recopila una serie de escritos autobiográficos sobre su juventud, nos ha ofrecido una explicación tanto vital como personal de sus teorías.1 Nacido en el medio rural en el seno de una familia judía no creyente, inicia sus primeras relaciones sexuales con las criadas de su casa, presenciando la hostilidad entre sus padres. Su madre se convierte, con la colaboración de su abuela, en amante de su preceptor. El joven Wilhelm, viendo el estallido celoso de su padre, le revela el adulterio de su madre, que acaba por suicidarse. Tras fallecer su padre la familia queda arruinada.
Abandona el arruinado hogar familiar, combate en la Primera Guerra Mundial y en Viena, a fuerza de hambre y desvelos, consigue avanzar en sus estudios.
Wilhelm Reich fue uno de los primeros colaboradores de Sigmund Freud, hacia 1922. De hecho, fue descrito por éste como su «discípulo más brillante». Reich, de modo recíproco, mostró gran entusiasmo por las teorías de Freud, en especial en lo relativo a la sexualidad.
Sin embargo, pronto saltaron muchas diferencias entre Reich y Freud. Quizás la más importante fue el conflicto entre las posiciones de autoridad que ambos gustaban ostentar. Pero en el plano teórico también se fueron alejando progresivamente y tuvieron la ruptura definitiva en el momento que Reich tuvo ideas propias sobre el tema. Al contrario que Freud, que fue dejando de lado el instinto sexual y la dicotomía placer/dolor para centrarse en otros conceptos como el instinto de Muerte, Reich llevó el tema de la sexualidad y la psique al extremo, llegando a afirmar el principio económico en contradistinción con el tópico y el dinámico, que se mantuvieron como los pilares de las diferentes escuelas psicoanalíticas. Para Reich el sexo y el trabajo entretienen una relación bioenergética, por lo que sostuvo inicialmente las siguientes dos tesis principales:
«La salud mental de una persona se puede medir por su potencial orgásmico.»
Esto quiere decir que un individuo psíquicamente sano disfruta del sexo libremente, sin traumas o inhibiciones, y una persona neurótica no. Freud y sus acólitos se fueron, según Reich, acomodando al lado de sus divanes aplicando tratamientos interminables de charloterapia. Reich prescindió de estos métodos para volcarse en el cuerpo físico.
Uno de sus descubrimientos consistió en el hecho de que las personas no neuróticas manifestaban lo que él llamó reflejo de orgasmo, consistente en el movimiento involuntario, incontrolable y repetido de la cadera a la hora de la descarga orgásmica. Reich comenzó a fijarse en las actitudes y movimientos corporales de sus pacientes y se dio cuenta de que los tratamientos psicoanalíticos convencionales de la época, según su opinión, eran muy poco eficaces porque el paciente poseía una tendencia terrible a esconderse de sí mismo, o por decirlo de otra manera, las barreras psicológicas del paciente tendían a perpetuarse inconscientemente. En cierto modo, las personas tenían miedo a romper sus bloqueos porque eran incapaces de sentir el placer de la distensión, de relajarse, de dejarse llevar.
Inventó pues el Análisis Caracteriológico. De esta manera, antes de pretender llegar al centro del problema psíquico del paciente mediante charlas y circunloquios que se prolongaban años y años, la misión de Reich consistía en derribar las barreras que bloqueaban el libre flujo de energía psíquica del paciente. Esto lo consiguió aplicando otro principio descubierto por él que afirmaba:
«La psique de una persona y su musculatura voluntaria son funcionalmente equivalentes.»
Con esto, Reich plantea que los bloqueos psíquicos se corresponden a contracciones musculares crónicas. Un ejemplo: una persona con miedos tiene perpetuamente tensos los muslos y los hombros, pues es la manera que tiene el cuerpo de prepararse para protegerse la cabeza y echar a correr, reacción lógica ante un peligro. Así, Reich se dispuso a combatir las enfermedades mentales a través de la liberación de las tensiones musculares crónicas, lo que dio resultados notables. Esto se contraponía a las técnicas de los psicoanalistas freudianos, que se abstenían completamente del contacto físico con sus pacientes, aún teniendo un contacto emocional (llamado transferencia) por el cual el psicoanalista podía, por ejemplo, tomar simbólicamente el lugar del padre del paciente.
Reich, por el contrario, abrazaba, retorcía y estiraba los cuerpos de sus pacientes hasta que rompían a llorar o vomitaban, liberándose. Reich había descubierto que el reflejo del vómito era profundamente relajante y que ejercicios de estiramiento de la zona anterior del tronco terminaban provocando que la persona llorara de modo profuso, aunque aparentemente sin motivo. Más adelante llegó incluso a asegurar que el cuerpo humano no era muy distinto al de un gusano; y elaboró un sistema de curación que consiste en el desbloqueo progresivo de los diversos segmentos que componen nuestro organismo: cráneo, cuello, diafragma, vientre y cadera. Incluso llevó más lejos la comparación haciendo la analogía con un protozoo, que extiende su protoplasma ante el placer y se contrae ante el dolor. Reich entendió que la personalidad funcionaba en ciclos de tensión/liberación, en los que una correcta vida sexual era indispensable para esta última.
Finalmente, Reich percibió que los patrones musculares se podían explicar desde el punto de vista de una energía vital (que más tarde llamaría energía orgónica) que recorre el cuerpo. Aquí Reich redescubrió para occidente el concepto de chi (también llamado baraka, vril) ampliamente extendido en oriente y las sociedades herméticas.
Uno de los muchos discípulos de Reich, el ahora reputado Alexander Lowen, inventó posteriormente la Bioenergética, conjunto de técnicas curativas basadas en estos descubrimientos.
El 30 de diciembre de 1940, Reich escribió a Albert Einstein diciendo que había un descubrimiento científico que quería discutir, y el 13 de enero de 1941 fue a visitar a Einstein en Princeton, Nueva Jersey. Hablaron durante cinco horas, y Einstein acordó poner a prueba un acumulador de orgón, que Reich había construido a partir de una Jaula de Faraday de acero galvanizado y aislados por la madera y papel en el exterior. Einstein estuvo de acuerdo en que si, como sugirió Reich, la temperatura de un objeto puede ser elevada sin una fuente de calor aparente, sería un evento muy importante para la física.
Reich suministró a Einstein un pequeño acumulador durante su segunda reunión, y Einstein llevó a cabo en su sótano el experimento, que consistió en tomar la temperatura encima, en el interior, y cerca del dispositivo. También despojó la jaula de Faraday del dispositivo para comparar temperaturas. En su intento de replicar los hallazgos de Reich, Einstein observó un aumento de la temperatura, debido según Reich a la energía orgón que se había acumulado dentro de la jaula de Faraday. Sin embargo, uno de los ayudantes de Einstein señaló que la temperatura fue menor en el suelo que en el techo.A raíz de esta observación, Einstein modificó el experimento y, en consecuencia, concluye que el efecto era simplemente debido a la gradiente de temperatura en el interior de la habitación. El físico escribió de nuevo a Reich, describiendo sus experimentos y expresando la esperanza de que Reich desarrollara un enfoque más escéptico de los mismos.
Reich respondió con una carta de 25 páginas a Einstein, expresando su preocupación porque a “la convección desde el techo” se le unirían los “gérmenes del aire” y el “movimiento browniano” para desacreditar los nuevos descubrimientos. La correspondencia entre Einstein y Reich fue publicada por la prensa de Reich como El asunto con Einstein en 1953, posiblemente sin el permiso de Einstein.
FUENTE: Wikipedia - http://noticiaaldia.com