
El mal es endémico. Fue denunciado descarnadamente hace unos años por su entonces director: la ineficiencia era inevitable, dijo, porque tenía las manos atadas por cuestiones legales y burocráticas, sin autonomía política, administrativa, financiera. Ante esa declaración pública: ¿no se pudo crear desde entonces la posible ‘Autoridad Nacional de Agua', con la autonomía e independencia necesarias?
La historia del Idaan en las últimas tres décadas tiene ribetes de tragedia, excepto durante 1989-1994, cuando la producción de Chilibre se logró aumentar a 125 000 000 galones diarios y se construyó la línea de conducción bajo el Canal hacia las comunidades de Panamá Oeste. No hubo, afortunadamente, ningún escándalo que manchara esa administración.
Durante el siguiente período, 1994-1999, se hizo un esfuerzo serio cuando se adelantaron acciones concretas para concesionar el suministro de agua potable; ese objetivo resultó fallido cuando una fuerte opinión pública se opuso. Sin embargo, se construyó una potabilizadora en el área de Arraiján para atender necesidades hasta La Chorrera; pero se falló en la construcción de su red de distribución para hacerle llegar agua potable a los usuarios.
Durante el siguiente período de Gobierno, 1999-2004, el Idaan fue confiado a otro partido político; su administración estuvo mancillada por el escándalo del cobro de cuotas políticas a miembros del partido nombrados en la institución. El fuero electoral fue el escudo que impidió al fiscal electoral perseguir el delito. Entonces se encargó a un vicepresidente la redacción de una nueva ley orgánica, que no prosperó; y se ‘pellizcó' el Fondo Fiduciario para el Desarrollo para inversiones millonarias improductivas.
La administración 2004-2009 contrató nuevas ampliaciones de la planta de Chilibre. Se intentó, sin éxito, mejorar la eficiencia del suministro y cobro del servicio; pero la falta de coordinación dentro y fuera de la institución y el nombramiento de tres directores en cinco años produjeron una arriesgada inestabilidad.
En el período 2009-2014 la administración fue confiada a otro partido político. Después de dos años plagados de problemas internos, sin resultados concretos, se sustituyó al director, encargándose otra vez a un alto funcionario la redacción de otro proyecto para reestructurar la entidad, que también resultó descartado. Finalmente, en la actual administración, todo parece indicar que la dirección, encargada a una persona versada en la materia, no logró el control administrativo necesario con resultados concretos.
El tema es recurrente en campañas electorales; por ejemplo, en la última, un candidato no ganador, típicamente prometió grandes inversiones ‘para modernizar plantas, optimizar redes de distribución y construir nuevos sistemas de acueductos urbanos y rurales'. Algo trata de hacer en esa dirección el actual Gobierno, inclusive en la red de distribución para la capital y mejoras en poblados del interior; pero la población sigue reclamando un abastecimiento eficiente y permanente de agua. Ciertamente, el problema es grande y de vieja data; al menos existen dos proyectos guardados para modernizar el servicio, respetando los derechos adquiridos por los trabajadores y satisfaciendo la calidad reclamada por los consumidores. Podrían revisarse.
Ojalá se pueda evitar a tiempo tener que declarar al Idaan como una entidad desahuciada para desesperación de la población que reclama agua potable todo el día, todos los días.
EXDIPUTADA
FUENTE: Artículo de Opinión - Mireya Lasso - http://laestrella.com.pa - (PULSE AQUÍ)