En la nave, de 1.420 metros cuadrados, no hay ningún elemento que permita identificar que allí dentro se fabrican joyas de lujo. Todo lo contrario. El inmueble pertenece a la empresa Centro de Formación de Instaladores y Mantenedores SL (Cefoim), una firma que hoy está en concurso de acreedores y fase de liquidación pero que lleva años realizando cursos para formar instaladores de todo tipo: electricistas, frigoristas, fontaneros, carretilleros, soldadores; y para formar también a mecánicos de aviones y de tren. El 1 de enero de 2014, Cefoim e Ialcon Consultoría (una empresa de González que tiene entre los accionistas al propio expresidente y a sus tres hijos) firmaron un contrato de alquiler de dos años (prorrogable anualmente) en el que Cefoim cedía a Ialcon 110 metros cuadrados de la nave, que está dividida en dos plantas. La segunda planta, a su vez, está divida en dos zonas independientes.
"La parte arrendataria está interesada en el arrendamiento de una de las dos zonas independientes de la planta alta del inmueble. El uso al que se va a dedicar la parte arrendadora es el de la realización de trabajos artesanales con cualquier tipo de material, equipos y herramientas propios de la especialidad", reza el contrato al que ha tenido acceso El Confidencial. El precio pactado para el primer año se fijó en 5.800 euros anuales e incluye "luz, agua y gastos comunes". El propietario de la nave, Castaño, no fijó ninguna fianza.
Aunque el documento está fechado en enero de 2014, varias fuentes consultadas señalan que se redactó en marzo de 2015, justo antes de que Cefoim entrara en concurso de acreedores. Antes de la firma, el taller de Felipe González llevaba ya varios años operativo en esa nave sin pagar nada gracias a la amistad que le une con Castaño. Sin ningún tipo de contrato. Este se firmó cuando la empresa iba a pasar a manos de un administrador concursal y Castaño decidió que sería muy comprometido explicar por qué se cedía gratuitamente un espacio de su compañía a otra firma. Francisco Castaño no ha querido atender a El Confidencial.
El taller de González está oculto. Nada desde el exterior permite entrever que allí todo un expresidente se afana en crear sus diseños de joyas. González quiere intimidad y la consigue. Su parte de la nave está separada del resto, donde algunos alumnos siguen impartiendo cursos. Para entrar a su taller hay que ir a la parte posterior de la nave, donde una puerta da acceso a un recibidor y a una escalera para acceder a la planta de arriba. Allí trabaja un solo empleado. Felipe González no produce joyas a gran escala. Solo piezas concretas que vende en subastas y algunas tiendas de gran confianza, como las de su amiga Elena Benarroch. Por ejemplo, la semana pasada el expresidente cedió tres joyas para una subasta benéfica celebrada en la embajada colombiana en Madrid: las tres piezas se acabaron vendiendo por 15.800 euros.
El expresidente también tiene un gran despacho (con cuarto de baño) donde recibe a los invitados. Allí ha guardado también durante muchos años los recuerdos que ha ido comprando en los países que ha visitado. El taller de González cuenta con algunas medidas de seguridad. Las instalaciones de Cefoim están valladas. Como si se tratara de un rectángulo irregular, uno de los lados limita con la M-407, otros dos con un campo de difícil acceso, y el cuarto con un aparcamiento privado de otra empresa que evita las miradas indiscretas de los curiosos. Privacidad absoluta.
Solo hay una entrada, cerrada con una verja. Luego hay una segunda entrada con una barrera móvil. En el descampado que rodea la nave (la superficie es de 35.400 metros cuadrados) se pueden ver dos aviones, propiedad de Cefoim: un Falcon 20 y un Caribu T903 adquirido al Ejército. Cuando el expresidente se pasa por allí le acompaña un reducido número de escoltas. No hay que olvidar que las piedras que utiliza para fabricar sus joyas tienen un alto valor económico, que según varias fuentes González guarda en cajas de puros vacías.
Antes de mudarse a la nave de Fuenlabrada, Felipe González empezó a hacer sus primeros pinitos en el mundo de las joyas en el municipio de Brunete, en la finca La Pellejera, propiedad de uno de los grandes amigos del expresidente, el empresario Luis García Cereceda (ya fallecido). Por su parte, Ialcon Consultoría fue constituida en 2002. La firma de intermediación facturó en 2016 (últimos datos) un total de 713.331 euros. La cifra está muy alejada de los 1,8 millones de euros que captó el dirigente socialista a través de la misma mercantil en 2014, pero mucho mejor que los 427.000 euros facturados en 2015. En total, desde 2010, esa sociedad acumula ingresos por valor de más de 5,5 millones de euros, a pesar de que el periodo coincide con los peores momentos de la crisis.
González fue su administrador único hasta 2006. Ese año cedió la gestión a su hija María. Pero el presidente del Gobierno más longevo de la democracia sigue siendo el propietario de la mayoría de la empresa. Según el registro mercantil, posee el 78,2%. El 21,8% restante se lo reparten de forma equitativa María y sus otros dos hijos, Pablo y David (un 7,26% cada uno).
Según consta en el registro, el objeto social de la empresa es "la compraventa de fincas rústicas y urbanas, la urbanización de toda clase de terrenos, la construcción y rehabilitación de edificaciones y la promoción, venta y explotación en régimen de arrendamiento de todo tipo de inmuebles". Entre esos inmuebles, parte de la nave de Fuenlabrada donde fabrica sus joyas. No obstante, el mandatario también utiliza la sociedad para cobrar por sus trabajos de intermediación, sus asesoramientos como abogado (está colegiado en Madrid con carné número 14.129), la participación en foros y conferencias y otros ingresos extraordinarios.
Las cuentas del ejercicio 2016 revelan que Ialcon Consultoría acumula activos por valor de 3,4 millones de euros. Entre sus bienes se encuentran la propia vivienda de la hija de González, situada en un exclusivo chalé de Pozuelo de Alarcón (Madrid) que además actúa como sede social de la compañía, y también una finca de 50 hectáreas llamada El Penitencial, ubicada en la sierra de Guadalupe, en Navalmoral de la Mata (Cáceres), que fue adquirida por el político en 2013. De hecho, las mismas fuentes consultadas señalan que González utilizó vehículos de Cefoim, de su amigo y exescolta, para realizar una pequeña mudanza de objetos que guardaba en Fuenlabrada y trasladarlos a Cáceres.
El dueño de Cefoim, Francisco Castaño, es actualmente director gerente de la compañía Aviation Group, que como publicó El Confidencial firmó un polémico convenio con la Universidad Rey Juan Carlos que ha acabado en la Fiscalía tras una denuncia del grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid. La Fiscalía del área de Móstoles acaba de abrir diligencias. Por este convenio, la universidad ha construido y financiado un hangar de 1.500 metros cuadrados cuyo uso ha cedido durante 25 años a Aviation Group para que se impartan cursos no universitarios. Un convenio firmado en diciembre de 2015 que, según su propio articulado, queda fuera de la Ley de Contratos del Sector Público. En la denuncia, Podemos pide que se tome declaración al rector Ramos y el empresario Castaño, el casero de Felipe González.
La parcela donde se asienta la nave tiene un valor de mercado de dos millones de euros, según el informe que elaboró el administrador concursal de Cefoim al presentar la fase de liquidación de la empresa de Francisco Castaño. La finca tiene dos hipotecas a favor del Banco Español de Crédito que suman 1.104.000 euros y embargos a favor de Bankinter y Banco Grupo Cajatres. La venta de los terrenos necesita ahora de la autorización del Banco Santander. A pesar de ello, Cefoim sigue utilizando la nave (su publicidad se puede ver desde el exterior) y Felipe González sigue usando los 110 metros cuadrados de la parte posterior. Al menos hasta la semana pasada. El Confidencial también ha intentado conocer la versión del expresidente.
FUENTE: Con información de DAVID FERNÁNDEZ - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)