"Nuestra ponderación del efectivo y la duración pasan por sobreponderar efectivo US y bonos del tesoro, que en base a los ratios Sharpe -rendimiento sobre volatilidad de un activo- se encuentran muy por encima de los que ofrece la bolsa estadounidense por primera vez en una década", ha asegurado John Bilton, director de la estrategia global de JP Morgan Asset Management, que cuenta con 260.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
Y es que, desde el equipo de análisis se están preparando para "un entorno de ralentización del crecimiento de los beneficios y un aumento de los riesgos macroeconómicos" que puede pesar en las bolsas después de uno de los ciclos alcistas más largos de su historia, que se inició en marzo de 2009 con la recuperación del mercado tras el shock provocado por la caída del Lehman Brothes y con la puesta en marcha de las medidas de expansión monetarias sin precedentes por parte de los bancos centrales y que se han prolongado hasta ahora.
De hecho, es gracias a la salida de estas políticas monetarias y, en concreto, por las subidas de tipos que ha iniciado la Reserva Federal de Estados Unidos, que la renta fija y la deuda del estado ha empezado a ofrecer mayores rentabilidades tras años de rendimientos bajos o inexistentes. De hecho, el treasury ya ofrece cerca de un 3% de interés, por ejemplo.
En este sentido, desde Bloomberg apuntan a que el bono a diez años estadounidense va camino de terminar el año con los mayores rendimientos ajustados a riesgo de entre los mayores activos del mundo.
FUENTE: Con información de M.I. - https://www.elconfidencial.com