La sorpresa llegó el mediodía de este jueves, cuando una patrulla de la Policía Nacional aparcó frente al portal en el que vivía Consuelo, la madre del joven. Aunque los rumores comenzaron a correr por el barrio, la realidad superaba cualquiera de ellos.
Pasadas las tres de la tarde de este jueves, Alberto salió esposado del edificio como presunto autor de la muerte de su madre, de 66 años, después de que una conocida de Consuelo denunciara que llevaba un mes sin verla. Él mismo reconoció los hechos tras abrir la puerta a los agentes: había descuartizado a su madre y se la estaba "comiendo", explican fuentes policiales. 24 horas después de la detención, en la puerta queda un cartel como prueba de lo ocurrido: "Brigada Provincial de Policía Judicial. Grupo 5 de Homicidios. Precintado". Los vecinos del bloque se encuentran en sus casas, pero todos guardan silencio cuando se les pregunta por Consuelo y Alberto.
En el resto del barrio, sin embargo, son varios los que están dispuestos a hablar mientras no se les identifique en el artículo. La mayoría recuerda a Consuelo como una señora a la que se veía pasear con el perro por la calle Francisco Navacerrada de camino al supermercado, una mujer reservada pero de trato amable. Viuda y con dos hijos, a veces paraba en el bar Paseillo de Acho, donde llegó a confesar lo que vivía en casa: Alberto, su hijo menor, la agredía. "Se le veía con moratones. Decía que era del perro, pero a la anterior dueña del local sí que le contó un día la verdad, que era el chaval el que le pegaba", asegura Tito. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de PABLO GABILONDO - El Confidencial