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domingo, 17 de marzo de 2019

(España) María arrojó a uno de sus hijos a la fosa séptica horas antes del doble crimen

María estaba escondida en el interior de este bidón azul. Recogida en posición fetal, con las rodillas pegadas al pecho. Completamente desnuda y como ida. Así la encontró uno de los perros de búsqueda de la Guardia Civil de Valencia al localizarla en Godella. Ella ni se inmutó por los ladridos de Scot que avisaba a su cuidador de que la había encontrado. Los agentes que acompañaban al perro se asomaron al interior y le pidieron que saliera, pero María no se movió. "¿Qué haces aquí?", le preguntaron. "He huido y me he escondido porque mi marido me ha pegado una paliza esta mañana", respondió.
"Pero no sé dónde están mis hijos, quiero ir con mis hijos". Poco a poco la convencieron para que se arrastrara fuera del bidón. Les sorprendió su desnudez, pero sobre todo la de los pies: iba descalza y el terreno, lleno de matorrales, zarzas, y jaras le había provocado cortes por todo el cuerpo. Uno de los miembros de la guardia civil se quitó la camiseta y le ayudo a ponérsela para cubrir su desnudez.

"No encontramos a Amiel y a Ichel. ¿Dónde están los niños?", le preguntaron los agentes. "Yo no sé nada. Hablad con el padre", respondía ella una y otra vez. A lo largo de las siguientes horas los investigadores comprobaron cómo su discurso se iba convirtiendo en algo mucho más errático, desordenado e inconexo: "La verdad es que nos persigue una secta peligrosa"; "mi hijo está poseído por el diablo"; "esta madrugada me he despertado. Estaba junto a mi marido, los dos durmiendo. Le he agitado para que despertara y le he dicho que hacía mucho que no me tocaba y que quería hacer el amor con él en ese instante. Entonces él me ha preguntado que dónde estaban los niños y yo le he dicho: 'Ellos están dentro de mi corazón'. Hemos empezado a discutir y he salido corriendo". Un testigo asegura que sobre las 7.30 de la mañana estaba paseando a su perro cuando de repente vio salir de entre los arbustos a una mujer corriendo y muy alterada. La describió como "una joven de pelo moreno completamente desnuda".

Este vecino del lugar la reconoció, pero fue incapaz de hacer nada porque huía despavorida. Sabía dónde vivía y se acercó con su animal. Allí encontró a Gabriel que le dijo: "Por favor, préstame tu teléfono que quiero llamar a la abuela materna de los niños". El hombre le respondió: "No te preocupes que ya he llamado yo al 112 para que vengan corriendo a ayudarte. ¿Qué ha pasado?", le preguntó. "No sé, pero aquí ya no pinto nada. Me voy a volver a Bélgica, aquí están ya todos muertos". ->>Vea más...

FUENTE: Con información de NACHO ABAD - El Confidencial

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