
Los incidentes graves en el 2018 (es decir, los que necesitaron baja médica) se elevaron a 93, mientras que en el 2016 habían sido solo 46 y en el 2017 llegaron a 57. Ello da una idea de la escalada de la violencia. Los sindicatos también están preocupados por la aparición de diferentes armas dentro de las cárceles catalanas. Una de ellas es conocida como 'diablo'. Se trata de un mango de cepillo de dientes al que se calienta un extremo y se le insertan tres cuchillas de maquinilla de afeitar, aunque esa es un arma que, "por fortuna, todavía no se ha utilizado contra funcionarios". Hay también una especie de látigo al que se le engarza una cuchilla. Con uno de ellos fue agredida hace poco una funcionaria, que recibió un profundo corte en la espalda. El arma más extendida, sin embargo, sigue siendo el conocido como 'pincho carcelario', construida a partir de un destornillador o de un cuchillo.
"Tenemos la sensación de que los internos han perdido el miedo a los castigos. Quizás deberíamos revisar las medidas disuasorias o emplear algo más de rigor en estas medidas, pero eso es una cuestión a debatir y estudiar junto con la Administración", explica a El Confidencial Fernando Julio Carrera, secretario de Organización de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ANTONIO FERNÁNDEZ - El Confidencial