
En principio, el Gobierno tenía el viento a favor. La Diputación Permanente del Congreso, el órgano que reemplaza al pleno de la Cámara cuando las Cortes están disueltas, debía discutir y convalidar seis textos fruto de los 'viernes sociales' de las últimas semanas, muy denostados por la oposición. Seis decretos aprobados por el Consejo de Ministros desde el pasado 1 de marzo: plan de contingencia ante la hipótesis de un Brexit duro, la equiparación progresiva de los permisos de paternidad y maternidad, la recuperación del subsidio de desempleo para parados mayores de 52 años y la aprobación de un registro horario, medidas para favorecer el alquiler, un decreto sobre la estiba y otro más que permite a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos invertir el superávit que hayan atesorado en los últimos ejercicios económicos.
De todos ellos, el decreto que corrió más peligro durante el día fue el de vivienda. El PNV mantenía reservas porque veía "incumplimientos" de lo acordado con el Ejecutivo, además de transferencias que no se habían podido completar por la convocatoria de las generales. Ni siquiera cuando se debatió el texto, presentado por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, los nacionalistas vascos quisieron adelantar el sentido de su voto. Mantuvieron el suspense hasta el final, hasta el mismo momento de la votación, cuando habrían transcurrido más de seis horas de sesión.
FUENTE: Con información de JUANMA ROMERO - El Confidencial