Entre una declaración y otra, hay dos días de diferencia y dos realidades. La necesidad del PP de recuperar espacio electoral en el centro tras el descalabro de las generales a 27 días de las municipales y autonómicas de mayo. La necesidad del PP andaluz de preservar el Gobierno que logró con Cs gracias a Vox después de 37 años del PSOE en el poder. Ambos mensajes se tienen que hacer compatibles, y en eso están. En una cosa y la contraria, en un ejercicio de funambulismo político que no se sabe bien cómo va a salir.
El Gobierno andaluz de PP y Cs empezará la semana próxima una ronda de contactos para presentar a los grupos parlamentarios el borrador de Presupuestos para 2019. Las actuales cuentas están prorrogadas y el nuevo Gobierno prometió un nueva ley. "El Gobierno andaluz es imparable y está sustentado en tres patas", dijo el número dos del PP en el Ejecutivo, Elías Bendodo. Sobra decir que las tres patas son PP, Cs y, por supuesto, Vox, con quien no se cortó en gestos y buenas palabras. Todo lo demás, dijo, es fruto de "la excitación" de las campañas electorales. En ningún momento secundó las palabras de Casado.
Este es el hecho más relevante después de una jornada de avisos altisonantes desde Vox, que alertó de que no se sentará a negociar nada mientras que Pablo Casado no pida disculpas por haberlos llamado "ultraderecha". Tras las condiciones impuestas por Vox, la realidad es que el tono amenazante se diluyó, en apenas dos horas, cuando llegó la prueba del algodón y este grupo parlamentario anunció que sí votaría a favor del decreto-ley que impondrá una reforma fiscal —con supresión del impuesto de sucesiones y donaciones y rebajas en el IRPF— propuesta por el Gobierno de PP y Cs. Salió adelante durante el pleno del Parlamento andaluz. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ISABEL MORILLO - El Confidencial