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martes, 21 de mayo de 2019

(España) La última reyerta del Obama gallego: la pedida de mano que pudo acabar en baño de sangre


Era la una de la mañana del domingo cuando la pedida de mano que celebraba el clan gitano de los Zamoranos se transformó de súbito en una pesadilla. Dos individuos, uno de ellos armado, irrumpieron en el polideportivo de O Porriño (Pontevedra) y abrieron fuego contra las más de 60 personas que aún disfrutaban de la fiesta. Dispararon 15 balas, de las que dos hicieron blanco: una atravesó la cara de una menor de 15 años y otra se alojó en la espalda a la altura del omóplato de un chico de 18. La policía atribuye el tiroteo al grupo rival de los Morones, liderado por un excandidato a la alcaldía de Vigo Sinaí Giménez, que saltó a la fama en 2015 con una campaña en la que se autoproclamaba el Obama gallego.

No es a Sinaí, también conocido como el 'rey de los gitanos' y actualmente en libertad provisional, a quien busca la policía. El principal sospechoso es su hermano Juan Paulo, que según fuentes de la investigación fue identificado por muchos de los asistentes a la fiesta. No sería la primera vez que se resuelve a tiros la rivalidad entre ambos clanes, que se remonta a más de una década: en octubre de 2015, una emboscada con un fusil de asalto en el túnel de una autopista de Vigo se saldó casi milagrosamente con un único herido. El terror que los Morones infunden en sus rivales también ha provocado destierros y enfrentamientos a navajazos por disputas relacionadas con la venta ambulante, auténtico trasfondo de su violenta enemistad.

Puede que la intención de los agresores fuera solo intimidar a los Zamoranos, pero la operación pudo terminar en un baño de sangre. Las balas fueron disparadas contra el techo y las paredes con un arma semiautomática de grueso calibre, un 38, como demuestran los casquillos que quedaron en el lugar. Pero los proyectiles no eran de plomo, sino de punta de metal. En lugar de aplastarse contra los muros, rebotaron y salieron disparados en todas las direcciones. Fue una cuestión de suerte que solo dos de ellos penetraran en el cuerpo de los heridos. Las víctimas fueron intervenidas quirúrgicamente y el varón recibió el alta hospitalaria el mismo domingo, mientras que la adolescente sigue ingresada aunque fuera de peligro.

Fue un ataque perfectamente preparado, según opinan los investigadores. Los agresores llegaron al lugar de la pedida a bordo de un Seat León, se bajaron del vehículo a cara descubierta y uno de ellos, el que la policía identifica como Juan Paulo Giménez, abrió fuego contra los presentes. Se desató el pánico entre los miembros de los Zamoranos, que corrieron a protegerse de las balas. El hombre armado escapó corriendo del multiusos y se subió a un vehículo, donde lo esperaba un cómplice al volante.

Los dos heridos fueron trasladados al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde la Policía y la Guardia Civil organizaron un dispositivo de protección, ante el temor a que se produjeran nuevos actos violentos. La situación se complicó por la necesidad de trasladar a la adolescente a otro sanatorio, Povisa, para ser operada por especialistas maxilofaciales. En este centro hospitalario permanece ingresado por problemas de salud otro hermano de Sinaí Giménez, por lo que los agentes han tenido que reforzar su dispositivo para evitar nuevos enfrentamientos. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de PABLO LÓPEZ - El Confidencial

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