
“Es un país que te atrapa por su comodidad”, explica Rubén a El Confidencial desde su casa en Rabat, un edificio de los años 70 del barrio Hassan que está al lado de la Tour Hassan y el Mausoleo Mohamed V, dónde están enterrados el abuelo y el padre del actual monarca marroquí.
Rubén es de Motril (Granada) y llegó a Marruecos con 25 años como cámara de televisión. Su intención era estar un año y mudarse a Madrid. Pero después de una primavera, llegó la siguiente y la siguiente y la siguiente. Ya suma 16 años en Marruecos y relata cómo ha aprendido a querer el país en el que ha crecido y madurado como persona.
"Me acuerdo que la primera vez que vine grababa como si fuera un turista. Llegas con un montón de prejuicios. Con miedo. Con mucha atención puesta a todo. Todo parece sospechoso. Preocupado por si me robaban el equipo, con mucho respeto a que la policía me detuviera", recuerda este veterano de la comunidad de españoles expatriados en Marruecos. Para integrarse, solo tuvo que ver a sus nuevos conciudadanos con otros ojos. "Todos esos prejuicios se te quitan enseguida, en cuanto convives un poco con la población local y experimentas lo bien que te acoge”. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de REBECA HORTIGÜELA - El Confidencial