Eso catapultó definitivamente a Aleix Sanmartín (Córdoba, 1980), el asesor elegido por Juanma Moreno para la campaña y con experiencia en procesos electorales en América Latina.
En abril de 2019, Sanmartín, junto al consejero de Presidencia, Elías Bendodo, acudió a Washington a recibir un premio por la mejor campaña política del año. Sanmartín presumía de haber hecho una campaña rupturista, con 1,2 millones de llamadas y un equipo de militantes entrenados para convencer a los indecisos en sus casas. Moreno Bonilla había elegido a Sanmartín en parte por su pasado en Juventudes Socialistas, donde conoció a Susana Díaz. Buscaba tocar la fibra socialista y su primer acto fue reivindicar la foto de la tortilla de Felipe y Guerra antes de ir a hacer campaña a la puerta de un prostíbulo.
Por entonces, el PP de Pablo Casado estaba a punto de sufrir su mayor derrota electoral desde que AP se refundó en el PP. En las generales de abril, el partido bajó a 66 escaños. En esa campaña, Casado y Teodoro García Egea ignoraron todos los avisos que les pedían moderación, copiaron a Vox y pasaron de la economía. La campaña fue dirigida de forma personalísima y el PP fracasó.
Cuando Pedro Sánchez renunció a pactar con Unidas Podemos y convocó de nuevo elecciones para otoño, Casado miró al sur y fichó a Sanmartín. Lo hizo por recomendación de García Egea después de que Sanmartín hubiese pasado dos semanas en la campaña de las autonómicas del socialista Ximo Puig en Valencia, pero prescindieron de él. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de El Confidencial