
Primero aprieta y luego explica sus condiciones. Carlos Slim está acostumbrado a ganar siempre y pese al buen cartel desplegado en España, donde entró de la mano de La Caixa y ejerció de caballero blanco en FCC para rescatar a Esther Koplowitz, usa artes propias de los tiburones más avezados de Wall Street.
Y ahora, sus ojos se han fijado en Quabit, donde ha entrado por la puerta de atrás y sin avisar (compró el 3% en plena Navidad), para desvelo del promotor alcarreño Félix Abánades.
->>Vea más...