"Ahora prácticamente soy del Athletic de Bilbao", bromea mientras apura una botella de agua con gas, recuerda la emoción del partido en San Mamés y reconoce que el fútbol no es lo suyo. "Aunque vivirlo en un estadio lo cambia todo". Gamboa está de paso por España para presentar la novela, una historia sobre un país que trata de coserse las heridas tras más de cincuenta años de guerra: Colombia.
En Será larga la noche no hay futbolistas, aunque el escritor ha aprendido que el deporte puede ser una forma de reconciliación nacional. "He conocido a gente de las FARC y, lo más sorprendente, es que son colombianos como yo que, cuando juega la selección, se ponen la camiseta y celebran cada victoria".
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son una sombra que recorre cada página, pero aquí las protagonistas son las iglesias evangélicas. Gamboa utiliza el género negro para construir un relato sobre la paz entre los guerrilleros y el Gobierno de Juan Manuel Santos, y sobre el poder y la influencia que ejercen estas iglesias en un "país de huérfanos".
¿De qué lado se posicionaron las iglesias evangélicas?
La gran mayoría lo hicieron con la derecha y contra el proceso de paz. ¿Por qué? No consigo entenderlo. Yo no soy una persona creyente, pero conozco la vida de Jesús, y no soy capaz de entender cómo gente que se dice difusora de su palabra puede estar en contra de la paz. Supongo que tiene que ver con que estaban intentando chantajear a Santos porque estaba a punto de empezar a cobrarles impuestos. Y estas iglesias no son como las de la Iglesia católica, en las que se hacen donaciones voluntarias. Aquí captan muchísimo dinero cobrándole a la gente el 10% de sus salarios. Con ellos, si quieres ir a sus templos, primero tienes que pagar.
¿Son un negocio?
Y son un club. Tienen un datáfono para que la gente les pague lo que deben mientras ellos no pagan ni un solo peso en impuestos. Son empresas que se dedican a captar dinero y a vender un producto: la fe. En Colombia he visto avisos que dicen: "Se vende iglesia con 2.700 fieles?". ¿Tú has visto alguna vez una iglesia en venta? Son empresas tremendamente conservadoras. El 80% de ellas se opuso al acuerdo de paz.
¿Por qué?
Porque en el acuerdo había cosas muy progresistas. Por ejemplo, incluía la consideración de la mujer como víctima especial porque en la guerra la mujer es doblemente víctima: puede ser asesinada y torturada, como un hombre, pero, al mismo tiempo, también puede ser violada. Esa consideración especial para las mujeres, también se quiso fijar para las comunidades LGTBi, que fueron objeto de continuas agresiones sexuales. Las iglesias evangélicas pegaron el grito al cielo por esta equiparación, así que todo esto se retiró del acuerdo de paz.
No se puede decir que todos actúen así, pero algunos fueron agarrados recibiendo dinero por unos secuestros. A mí me parecen todos unos bandidos, una especie de nuevos mafiosos del siglo XXI que andan por ahí en autos blindados y rodeados de guardaespaldas. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Matías de Diego - eldiario.es