Por: Antonio Caballero - Este gobierno, sumisamente obediente a los dictados del de los Estados Unidos, sostiene que el narcotráfico es el causante de todas las violencias colombianas. Por detrás, por supuesto, de los líos de faldas y del robo de ropa tendida a secar, como aseguraba el anterior ministro de Defensa, que tuvo que renunciar por bobo. Pero el actual, igualmente bobo, se queda con el narcotráfico como primera causa. Y el presidente Iván Duque también. Y como solución los dos señalan una rápida y sencilla: la fumigación con el pesticida glifosato de las plantaciones de coca —y secundariamente, de marihuana— en todas las regiones productoras del país. Fumigación aérea: porque a la manual se pueden oponer los campesinos cocaleros, gente, como es sabido, peligrosísima: gente que a veces sale a protestar con un machete en la mano y cae ametrallada por el ejército, desacreditándolo. Fumigación hecha desde el aire por avionetas pilotadas por mercenarios norteamericanos y con glifosato de importación —porque, me explicaba una vez un general de la policía, los gringos no le tienen confianza al glifosato de producción nacional. Tal vez con razón.
Y sí, claro: en apariencia al menos. El narcotráfico alimenta todas las distintas y numerosas bandas armadas que proliferan en el país, las disidencias de las Farc, el ELN, esas que ahora llaman GAO, que quiere decir Grupos Armados Organizados, o Bacrim, que significa Bandas Criminales, y que son las herederas de las “autodefensas” paramilitares. Este gobierno tiene una gran creatividad para los juegos de palabras. En apariencia, pues, el narcotráfico es el combustible que mueve la violencia armada y la corrupción política, administrativa y económica que vemos a diario. La de los parlamentarios, de los alcaldes, de los gobernadores ¿cuántos han ido a la cárcel? Pero también la de los jueces, que en el juego macabro del “plata o plomo” se cansaron de hacerse matar sin resultado. Y así se hundió la justicia.
Pero pasan dos cosas: Una, que la fumigación con glifosato, al margen de que sea dañina para la salud de las poblaciones afectadas y en consecuencia haya sido prohibida por los altos tribunales, se ha demostrado completamente ineficaz para controlar los cultivos. Treinta años se lleva haciendo, después de la fumigación de la marihuana con el herbicida paraquat sobrante del usado por el ejército norteamericano para deforestar las selvas de Vietnam, y el resultado ha sido el progresivo aumento de las áreas cultivadas de coca a costa de la deforestación progresiva de las selvas de Colombia. Y la otra, la principal, es que el narcotráfico, tan dañino, y tan productivo, sin duda la industria más pujante de Colombia, tiene a su vez una causa: que es la prohibición de la droga. ->>Vea más...
FUENTE: Artículo de Opinión - Los Danieles