Prosigue el escalofriante relato vital de Rocío Carrasco en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', que alcanza el capítulo 6, en Tele 5, algo más largo de lo habitual, por lo que la cadena, que estrena día de emisión, decidió emitirlo en dos partes. 'Quién te crees tú' realiza un escalofriante relato de las fechas comprendidas entre enero de 2001, cuando muere su padre, Pedro Carrasco, y junio de 2003, en un momento en el que su relación con Antonio David Flores ha alcanzado tal deterioro que empieza a experimentar los primeros síntomas de lo que acabaría siendo: una ruptura total de su relación con sus dos hijos, Rocío y David, que ella califica como el momento en el que empieza a percibir que se ha sembrado "la semilla del odio".
Comienza el capítulo recreando un momento complicado en su relación con su padre, con quien no se hablaba tras el accidente de coche que había tenido con Fidel Albiac y que casi le cuesta la vida, hasta unas semanas antes de morir. Quien firma esta crónica había estado unas semanas antes de este suceso en Cuba para realizar un reportaje con el emblemático boxeador y su mujer, Raquel Mosquera. A su vuelta a España, el primer marido de Rocío Jurado le pide a su hija que le lleve a sus nietos para verlos, pero Rocío decide tener una conversación con él antes para tratar de solventar sus diferencias.
Mantuvieron esa conversación en presencia de Raquel Mosquera, aunque "Fidel no quiso estar" y terminó "pidiéndole perdón mi padre a Fidel y a mí, diciéndome que me quería y que se había equivocado, que tenía miedo y recelo de que Fidel pudiera ser del perfil del padre impío", en alusión a Antonio David, a quien durante toda la serie se refiere con ese término o como "ese ser", porque evita llamarle por su nombre.
Fue la última vez que se vieron, pero ese encuentro tuvo el final feliz de que se materializó su reconciliación, y desmiente que "mi padre no se fue haciendo eses y pegando volantazos porque había tenido una discusión conmigo, sino por otras circunstancias que ella (Raquel Mosquera) y yo sabemos". Cuando le preguntan por qué había sido tan drástica con su padre y haber estado todo ese tiempo sin hablarse, después del trato que habían dado a Fidel tras el accidente de coche, Rocío asegura que "mi padre me había fallado, no era igual que si me fallaba José (Ortega Cano) o Amador", porque para ella su progenitor era muchísimo más importante que ellos.
Pocos días más tarde, Rocío se iría a Sevilla y salió a hacer unas compras. Fidel la llamó por teléfono para que volviera a casa y ella pensaba que tal vez algo le había pasado al que ahora es su marido, pero no se podía imaginar que su padre había muerto de un infarto. Regresaron a Madrid y en el entierro fue increpada por la gente. "Yo no quiero recordar nada de ese día" y lo trascendental era que "se fue un trozo de mí". En cuanto a los insultos, lo tiene claro: "Es la reacción a una imagen que se había dado de mí. La gente expresaba lo que creía que era real". ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Juanra López - El Confidencial