
¡Se tevé la lágrima!
El joven Sergio Moscoso
se llama Leonardo Favioo m
en Yo me llamo. Su labio
patético y tembloroso,
les deja el ojo aguanoso
a Escola, Yeison y Amparo.
A palo seco o con guaro,
con ellos Colombia entera
berrea como ternera
su nostalgia y desamparo.
El buen Sebastián Bolívar
imita a Carlos Gardel.
Canta tangos a granel,
algunos llenos de almíbar
otros, ay, de amargo acíbar.
Con él también lagrimean,
suspiran, lloran, moquean
Amparo, Yeison y Escola.
Amparo mueve la cola,
Gardel también la menea.
Don Alejandro León
se llama Camilo Sesto.
Con su dulzura y su miel
provoca piloerección
a la diva. Con su gesto,
le eriza toda la piel,
los vellitos y los vellos,
le pone piel de gallina.
Se pasa el dedo, ¡qué fina!,
del tobillo a los cabellos.
Vale la pena aclarar
que el triunfador fue Camilo.
Qué habilidad y qué estilo
para llorar y llorar.
No se puede asimilar
la balada a la bobada;
la canción almibarada
no es de segunda, es de quinta:
mucho llanto, mucha tinta,
y de aquello, casi nada. ->>Vea más...
FUENTE: La Décima – Los Danieles