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De izquierda a derecha, Marc Fornell-Mestres, Jordi Marsé-Vidri, Marcos Giraldi y Marcos Torralbo-Albos. |
Jugadores veteranos como enlace
Melkumyan se centró en el mundo del tenis. Los investigadores han descubierto que logró contactar con jugadores ya veteranos que estaban dispuestos a adulterar sus resultados para obtener un dinero extra en los últimos años de sus carreras. Uno de esos tenistas habría sido el barcelonés Marc Fornell-Mestres, de 36 años, que en 2007 llegó a ocupar el puesto 236 en el 'ranking' mundial del tenis y acumulaba más de 836 partidos individuales y 759 de dobles, la gran mayoría en torneos ATP Challenger e ITF Futures, últimos escalafones del tenis profesional. Eso no impedía que las grandes casas de apuestas incluyeran los partidos de Fornell-Mestres en su oferta, abonando así el terreno para el amaño. La semana pasada participó en un torneo en Italia.
Otro de los tenistas que colaboraban con la trama de Melkumyan es el también veterano Jordi Marsé-Vidri, de 38 años, con 352 partidos individuales jugados y otros 645 en dobles. En 2013 llegó al puesto 216 del mundo en la categoría de parejas. Al igual que Fornell-Mestre, de su misma generación, en los últimos años disputaba únicamente torneos ATP Challenger e ITF Futures, aunque por todo el mundo. En su historial reciente hay campeonatos en Túnez, Polonia, Alemania, Bélgica, Italia y Holanda, además de en España. El último partido lo jugó a principios de octubre en Melilla.
Las investigaciones salpican igualmente a Marcos Giraldi, de 24 años, con 310 partidos de individuales a sus espaldas y un puesto 463 en la clasificación mundial del tenis. El pasado mes se inscribió en un torneo Futures disputado en Sabadell. Era pareja de Fornell-Mestres en partidos de dobles. También formaba presuntamente parte de los amaños Marcos Torralbo-Albos, de 33 años. Jugó su último encuentro en Portugal el pasado 15 de octubre en otro torneo Futures.
La mafia armenia habría utilizado a estos jugadores con un amplio conocimiento del circuito para extender sus tentáculos a otros deportistas. El operativo se ha desarrollado en Valencia, Barcelona, Murcia, Asturias y Pontevedra, entre otros lugares. Algunos de los implicados apenas habían comenzado a dar sus primeros pasos como profesionales. Según ha podido saber El Confidencial, la red llegó a pagarles 1.000 euros por dejarse un 'break' (ceder un juego estando al servicio), aunque los amaños abarcaban un amplio abanico de modalidades, incluido forzar dobles faltas y perder un partido entero. El grupo captó a tantos tenistas que llegó a tener en nómina a los dos contrincantes de un mismo partido. En una de las ocasiones, los dos jugadores se repartieron 5.000 euros.
Más de dos millones en ganancias
Las ganancias de la mafia eran mucho mayores. Aunque todavía es pronto para hacer un cálculo, se estima que pudo generar más de dos millones de euros. Esa cantidad debería haber hecho saltar las alarmas de los organismos de control. Más aún teniendo en cuenta que la red registraba sus predicciones sin acudir al mercado asiático, el preferido por las organizaciones criminales. Operaba principalmente en casas registradas en España, que cruzan sus datos con la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Hacienda, un sistema que sirve para luchar contra este tipo de fraudes y detectar movimientos de dinero sospechosos.
La Guardia Civil ha descubierto que el grupo logró sortear esa vigilancia utilizando casi un millar de identidades robadas, en su mayoría, de ciudadanos españoles. Las empleaba para abrir cuentas falsas en las casas de apuestas. De esa forma, una sola persona podía manejar al mismo tiempo decenas de perfiles. Con ese método también evitaban los topes que imponen los operadores a los apostantes que empiezan a realizar movimientos extraños, como encadenar más victorias de las razonables.
La mafia también utilizó presuntamente las identidades robadas para crear perfiles falsos en medios de pago virtuales. El que más utilizaban era el británico Skrill, que en la práctica ofrece los mismos servicios que un banco, como abrir depósitos y realizar transferencias. Las pesquisas apuntan a que el grupo utilizó ese servicio para cobrar las ganancias de los amaños y blanquearlas posteriormente desviando los fondos hacia otras actividades.
A los investigados se les acusa de integración en organización criminal, principalmente dedicada a la estafa, corrupción entre particulares en el ámbito del deporte, usurpación del estado civil y blanqueo de capitales.
FUENTE: Con información de JOSÉ MARÍA OLMO - https://www.elconfidencial.com