De los $7 millones que recibió la Federación Panameña de Béisbol (Fedebeis) entre 2014 y 2017, $1 millón se destinó a San Miguelito y a la comarca Ngäbe Buglé. ¿En qué se gastó? Esa es la pregunta del millón de dólares.A cada uno la Fedebeis le destinó unos $500 mil, dinero con el que se habrían comprado miles de implementos deportivos que nadie ha visto: ni entrenadores ni dirigentes ni deportistas palparon estos beneficios.
En el campo de juego de Los Andes #1, donde mayormente entrenan los equipos de San Miguelito, solo hay bates huecos e implementos en pésimo estado. La dirigencia de la liga distritorial negó haber recibido implementos, ni siquiera por un cuarto de la suma que se dice haber sido destinada para estas zonas.
En la comarca, ni las autoridades ni los técnicos supieron de tal inversión, pese a que, según las facturas, se compraron bates, incluso, a un precio superior al del mercado, en un comercio dedicado a la serigrafía.
La compra se hizo con dinero del Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes), a través de la Fedebeis, liderada por el diputado Benicio Robinson (PRD).
Los documentos que respaldan los cientos de miles de dólares en gastos reflejan criterios políticos para gestionarlos: los subsidios se hacen a circuitos electorales, en este caso, solicitados por los diputados Raúl Pineda y Jaime Pedrol (PRD).
Se encontró que, en el caso de la comarca Ngäbe Buglé, los entrenadores y el equipo técnico pagado ($25 mil) era personal de la Asamblea Nacional, del despacho del diputado Pedrol.
Pandeportes entregó los fondos a la Fedebeis, que hizo compras directas y fraccionadas, en las que hay indicios de que se benefició a un mismo grupo empresarial, en lugar de licitar la compra de los implementos, como lo hizo en otros casos.
El negocio más beneficiado por estas ventas fue Dutary Sport, relacionado a Franz Wever Guerra (el hijo del secretario general de la Asamblea Nacional), así como a la directiva de la Fedebeis. Se pidió al diputado Benicio Robinson documentación que respaldara el gasto de los cheques e indicara a quiénes se les entregaron los implementos deportivos. Sin embargo, el político bocatoreño ignoró ocho correos y cartas; seis recados dejados en la Fedebeis y en la Asamblea y las llamadas telefónicas.
FUENTE: Agencias
