En el amplio garaje de la vivienda, le esperaban en todo momento con las llaves puestas dos Ferraris, dos Bentleys y un Porsche Panamera, vehículos que superan en algunos casos los 240.000 euros. Todos ellos habían sido conseguidos por este 'obrero' en el transcurso de su actividad delictiva, según consideran los investigadores del Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que entienden que el dueño de todas estas pertenencias no era más que un testaferro de la organización, dedicada a comercializar hidrocarburos y distraer el IVA de todas sus transacciones.
La razón por la que el último de la cadena podía permitirse tal tren de vida radica en que el negocio mueve una cantidad ingente de dinero, por lo que el IVA que corresponde a estas enormes cifras —concepto que dejaban de pagar— también representa sustanciosas sumas. En solo tres años, los miembros de la trama facturaron 1.200 millones de euros con su red de negocios, de los que casi 200 millones llegaron de forma fraudulenta, según estiman los responsables de las diligencias de la Guardia Civil, que han llevado a cabo la denominada operación Drake en colaboración con la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) de la Agencia Tributaria, la Fiscalía, la Audiencia Nacional y el Juzgado 5 de Getafe.
El negocio había subido como la espuma en el mencionado corto espacio de tiempo. En concreto, el primer año facturó apenas 17 millones de euros. El segundo, cuando empezó a operar con empresas interpuestas y a dejar de abonar el IVA, ingresó 230 millones. Tal progresión, según los miembros de la UCO, no la consigue nadie en el sector, motivo que llevó a los investigadores a sospechar de la organización, que ejecutaba un fraude sencillo en el fondo —consistía en dejar de pagar el citado impuesto—, pero complejo en la forma. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ROBERTO R. BALLESTEROS - DAVID FERNÁNDEZ - El Confidencial