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martes, 30 de abril de 2019

(España) "Mi papá tiene un coche nuevo": la frase que llevó hasta el asesino de Tenerife

Esta frase, aparentemente anodina, pronunciada por el pequeño Jonas de 6 años fue clave para la detención de Thomas, su padre. El contexto es el siguiente: el niño, tras escapar de la cueva en la que vio cómo su padre golpeaba salvajemente a su madre, Silvia, y a su hermano, Jacob, de 10 años, y tras vagar durante horas por el monte, llegó a una zona habitada. La primera en atenderlo fue Rosi: "Venía asustado, sin dejar de mirar para atrás. Yo le preguntaba por su padre y su madre, pero el pequeño solo hablaba alemán y yo no lo entendía". Fue Annelies, una mujer holandesa alta y rubia que reside cerca, quien logró comunicarse con él: "Me dijo que su padre los llevó de paseo al monte. Habían preparado bocadillos para hacer un picnic. En un momento dado les avisó de que había escondido regalos de Pascua en una cueva para darles una sorpresa y así consiguió engañarles y meterlos dentro. Ahí es donde dice que ve como su padre comienza a pegar a su madre". Annalies no quiere entrar en los detalles de la agresión y salta el episodio para continuar su relato: "Con la Policía Local lo montamos en un coche y tratamos de buscar la casa de su padre y de su madre, pero es muy pequeño y como llevaba pocos días en la isla no se orientaba".

Finalmente fue la Guardia Civil la que tomó las riendas del asunto y este punto es clave. Una psicóloga del cuerpo hizo un trabajo sobresaliente para lograr extraer del menor, con todo el tacto, la información necesaria. Tras ganarse su confianza, Jonas le dijo: "Al entrar en la cueva mi padre pegó un manotazo a mi madre y ella se cayó al suelo. Entonces mi hermano se tiró sobre mi padre para evitar que le pegase más. Mi padre le dio una patada para apartarle y mientras mi madre se levantó del suelo y él la volvió a golpear…". Comenzó así a describir la agresión, pero lo verdaderamente nuclear era localizar a Thomas Hadrick, el padre y la cueva. Se rastrearon las bases policiales para dar con su domicilio, pero como llevaba pocos meses residiendo en la isla, no localizaron ningún dato que les permitiese obtener su dirección: ni denuncias, ni multas, ni se había empadronado. "¿Cómo os llevó tu padre hasta el monte? ¿Fuisteis todo el rato caminando?", preguntó la psicóloga. "En coche", respondió el niño. "¿Cómo es ese coche? ¿Te acuerdas?", insistió ella. "No sé, oscuro, era un coche nuevo", contestó el pequeño Jonas.

Esa respuesta provocó una inmediata reacción de los investigadores de la Guardia Civil: llamar a las empresas de alquiler de vehículos de la isla, comenzando por las del aeropuerto, para rastrear el nombre de Thomas Hadrick. Si el vehículo era nuevo, y como parecía, había planificado la agresión, quizá había alquilado el auto para la ocasión.

¡Bingo! Minutos después los agentes averiguaron que lo había alquilado en la empresa Proa Rent a Car del aeropuerto Reina Sofía de Tenerife Sur. Fue un empleado el que revisó la ficha y facilitó a los agentes la dirección de Thomas. Dos guardias se presentaron en su casa y lo encontraron durmiendo en el sofá. En su rostro y en sus brazos eran visibles lesiones y arañazos. Además, se mostró arisco y casi violento y negó en todo momento saber cuál era el paradero de su mujer y sus hijos. Afirmó que al estar cansado, él había regresado a casa, mientras el resto de su familia había seguido caminando por el monte. La versión era increíble e inmediatamente le pusieron las esposas. Desde entonces se ha negado a colaborar. Había urgencia por encontrar a Silvia y a Jacob, pero a pesar de la insistencia de las preguntas se encerró en su silencio y no quiso explicar dónde estaba la cueva que había descrito su hijo Jonas. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de NACHO ABAD - El Confidencial

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