
Blanca, con su bronce en Albertville '92, fue la pionera, la esperanza y el ejemplo a seguir por numerosas atletas que, posteriormente, cosecharon importantes éxitos para el país, como la judoca Miriam Blasco o la tenista Arantxa Sánchez Vicario. No solo ellas, otras muchas más. Con Blanca empezó todo, porque desvió la atención y acaparó el foco mediático poco antes de que se iniciaran los Juegos Olímpicos de Barcelona '92, de gran importancia tanto a nivel político como social.
A ellos llegaron las deportistas españolas con la esperanza de emularla y nueve de ellas (de las 129 participantes) —más todo un equipo de hockey femenino—, empujadas por el fervor y la pasión de un país entregado, lo consiguieron. Le tomaron el relevo. A partir de ahí, la mujer ha seguido un crecimiento constante e imparable en el deporte. Sin ir más lejos, en las dos últimas olimpiadas (Londres 2012 y Rio 2016), las féminas obtuvieron más metales que los hombres (20 frente a 14), pese a ser menos en número.
La madrileña se retiró a nivel profesional tras subir al cajón olímpico y haber ganado con anterioridad cuatro pruebas de la Copa del Mundo. La esquiadora superó todos los obstáculos que se le presentaron en su deporte, como la durísima caída en Calgary '88 que le apartó del oro, pero no los de la vida. El fallecimiento de su hermano, Paquito Ochoa, a consecuencia de un cáncer, fue un golpe durísimo no solo para ella sino para toda la familia. Ya no volvió a ser la misma, según su entorno. Ahora, su desgraciada muerte en plena sierra de Madrid sacude los cimientos de todo el deporte nacional. Blanca pereció a la edad de 56 años, como su hermano. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de CHRISTIAN GINER - El Confidencial