Sorprende la naturalidad con la que Josep María Bartomeu y el vicepresidente Jordi Cardoner obvian las protestas que quieren hacer del Clásico un foco de reivindicación. Más tras los graves incidentes que acontecieron hace más de un mes en diferentes lugares de la Ciudad Condal. En el Real Madrid están a la espera de que la Federación y el informe policial confirme que se puede celebrar un partido en el que se señalan motivos suficientes para plantearse cerrar las puertas del estadio. Jugarlo a puerta cerrada. Se han hablado de otros escenarios como otro posible aplazamiento. Algo que depende del informe policial y el análisis federativo. Aunque el Real Madrid, otra de las partes implicadas en un día que se está calentando, tiene algo que decir en un partido que se debió jugar el 26 de octubre.
Desde el punto de vista institucional se guarda el más absoluto silencio para dejar trabajar a las fuerzas de seguridad. No es conveniente pronunciarse en un tema que tiene una espiral violenta. Pero sí se trabaja para conocer el dispositivo y cómo se blindará a la expedición. Viajarán en el mismo día del partido. Desde el punto de vista deportivo es Zidane el que muestra su rechazo de referirse a asuntos del Clásico que considera extradeportivos. Le molesta al entrenador del Real Madrid que le pregunten por estas cuestiones en la sala de prensa. Se limita a decir que no las pueden controlar y que irán a jugar un partido de fútbol. No se quiere distraer de lo deportivo ni que afecte a sus jugadores. Pero está incómodo por la tensión que rodea al Clásico. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ULISES SÁNCHEZ-FLOR - El Confidencial