Según considera indiciariamente probado el juez, Hanid Ortiz viajó desde Alemania la noche previa al crimen en el coche de su exmujer, llegó a Madrid, pasó por la casa del abogado Víctor Salas y luego fue a su despacho. Una vez allí, preguntó por el letrado, que en ese momento se encontraba en una vista en los juzgados de plaza de Castilla, en la otra punta de la ciudad. Al ver que no estaba y asegurarse de que pasaría por la tarde, se encerró en el baño unos minutos. Luego, salió con un puñal en la mano y acuchilló a Elisa, primero, y a Maritza, después.
Tras el doble asesinato, continúa el auto de procesamiento, Hanid Ortiz escondió los dos cuerpos y se sentó a esperar a que llegara el abogado, que era su objetivo real. El visitante quería acabar con la vida de Salas porque entendía que este había tenido una aventura con su expareja. Tras casi tres horas de guardia, sin embargo, el que entró por la puerta fue Pepe, un cliente que venía a recoger unos papeles. Hanid Ortiz, sin embargo, como no conocía el rostro del dueño del bufete, entendió que quien había entrado por la puerta era Salas y se lanzó contra él con una barra de hierro que mató en pocos segundos al recién llegado.
Acto seguido, el asesino cogió el coche que le había traído hasta Madrid y regresó por donde había venido. Los investigadores del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid pronto encontraron una pista que les llevó hasta el presunto criminal, un exmarine de Estados Unidos que había dejado el ejército y rehecho su vida en Alemania. Pidieron al juez acelerar el procedimiento para detener allí al sospechoso, pero el proceso se dilató y las comisiones rogatorias no fueron cursadas hasta después de las vacaciones de agosto. Para entonces, Hanid Ortiz ya había huido a Venezuela, su país natal. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ROBERTO R. BALLESTEROS - El Confidencial