“En los últimos años, hemos batido récords en intensidad de precipitación en invierno, verano y primavera. Está pasando en series largas y esto es indicativo de que algo está cambiando”, explica Samuel Biener, geógrafo y climatólogo, investigador del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. La razón de esta sucesión de gotas frías tiene mucho que ver con los efectos del calentamiento global sobre el Polo Norte, según explica este experto.
“Por el proceso de calentamiento planetario, la diferencia de temperatura entre el Ártico y el Ecuador se ha reducido. Esto tiene repercusiones en la circulación atmosférica”, detalla. “Se están produciendo cambios en la corriente de chorro (a una altura de entre 9 y 11 kilómetros sobre el nivel del mar), que es la responsable del tiempo en superficie. Esta corriente da la vuelta al globo de este a oeste y en vez de presentar una circulación rectilínea de borrascas y anticiclones presenta ondulaciones pronunciadas. Esto se traduce en un ascensor de aires muy cálidos de sur a norte que explican tanto los récords de altas temperaturas como también las bajas de aire frío hacia al sur”, responsables de las grandes borrascas en el Mediterráneo en los últimos años.
El Laboratorio de Climatología alicantino, que dirige Jorge Olcina, lleva tiempo trabajando y estudiando la proliferación de esto fenómenos atmosféricos. Solo en los últimos 24 meses se han producido hasta tres gotas frías o DANA (depresión atmosférica aislada en niveles altos), el choque de masas de aire frío en altura con aire caliente en superficie, con consecuencias desastrosas para poblaciones o cultivos del litoral mediterráneo. En el sur de Alicante o en Murcia, por ejemplo, todavía están recuperándose del temporal que anegó en septiembre miles de hectáreas y ciudades como Orihuela por la subida del Río Segura. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de VÍCTOR ROMERO - El Confidencial