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lunes, 13 de enero de 2020

Mentiras y verdades desconocidas del chocolate

Negro, blanco, con leche, relleno de frutas, con frutos secos, con licor... El chocolate es un placer innegable y uno de los dulces que más paladares conquista, incluso creando una devoción exacerbada. Comenzó siendo una bebida sagrada con la que mayas y aztecas agasajaban a sus dioses, luego fue moneda de cambio y hoy es uno de los manjares omnipresentes en nuestra gastronomía, ya sea como alimento o como ingrediente protagonista en multitud de elaboraciones.

Claro que, en la medida que se ha generalizado la ingesta de chocolate, este ha incrementado su exposición a un sinfín de juicios sobre su consumo, sus propiedades nutricionales o sobre sus efectos, muchos de ellos erróneos. Seguro que hay más de un lector que en alguna ocasión ha escuchado "no comas mucho chocolate, te saldrá acné", "opta por el chocolate negro, pues no engorda" o "el chocolate crea adicción". Afirmaciones que se han propagado entre los consumidores, quienes erróneamente las asumen como verdades inexpugnables. He aquí algunas falacias surgidas en torno a este 'manjar de los dioses'.

Falsedades e invenciones
Crea adicción. Es cierto que el chocolate contiene sustancias que enganchan, como la teobromina, la cafeína y el triptófano, el cual estimula la liberación de serotonina, también conocida como la 'hormona de la felicidad'. Esta recrea una sensación de complacencia inmediata en el cerebro y, por ende, la necesidad de seguir comiendo. Sin embargo, para que el consumo de chocolate induzca a una adicción habría que comer cantidades  considerables. Por tanto, para ser exactos, la ingesta de este dulce genera más bien ganas -no lo negamos, a veces irrefrenables- de seguir degustándolo.
Es estimulante. Como se ha mencionado, el chocolate tiene teobromina -10 gramos por cada kilo en el caso del chocolate negro- y cafeína -200 miligramos por cada 100 gramos en el chocolate con leche-, sustancias que se consideran estimulantes del sistema nervioso central. Aunque quien lo consume experimenta un aumento de la energía y se siente más despierto durante un lapso de tiempo, no produce una gran mejoría de ánimo. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y Nutrición (EFSA), que determina que no hay una relación entre dichas sustancias y una alteración del estado anímico. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de Sonia Fernández - El Confidencial

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