Él era el príncipe rebelde y popular al que pueblo siempre le ha perdonado todo. Ella, la actriz, divorciada, tres años mayor que su prometido, de madre afroamericana, que aportaba a partes iguales aire fresco y el glamour de la alfombra roja de Hollywood que siempre ha encandilado a los británicos.
Pero el cuento de hadas apenas ha durado dos años. Tras una boda por todo lo alto en mayo de 2018 -donde la madre de la novia apareció con piercing en la nariz y el reverendo encargado del sermón puso una tablet en el atril para parafrasear a Martin Luther King-, la pareja se ha marcado un Sussexit: se retiran de la familia real británica y comienzan una nueva vida entre el Reino Unido y Norteamérica y en la que quieren ser económicamente independientes.
La pareja no consultó previamente su decisión con The Firm (como se conoce a la familia real). Palacio jamás habría comunicado una noticia de tal calibre sin tener todo absolutamente cerrado. Y las formas -sumamente criticadas- plantean ahora infinidad de dudas que los duques de Sussex intentan ir aclarando, cual principiantes en esto, a matacaballo a través de su recién estrenada website. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de CELIA MAZA - El Confidencial