Este mes de abril iba a ser muy especial para las tres principales religiones monoteístas. Las pascuas judía y cristiana han coincidido por primera vez en casi dos décadas con el Ramadán que empieza esta tarde para 1.800 millones de musulmanes. Al igual que judíos y cristianos antes que ellos, los musulmanes están ahora obligados a anteponer la obediencia civil a la divina y respetar el confinamiento. Esta obligación ha chocado con los sectores más ortodoxos del islam como antes chocó con los del cristianismo, el judaísmo, el budismo y el hinduismo. Estos grupos, en muchos casos, se han erigido en contrapoder a las autoridades políticas. En otros, sin embargo, como en Pakistán, Nigeria y EE.UU., han contado con el apoyo del Gobierno.
Algunos estados de Nigeria han mantenido los rezos de los viernes. La república islámica de Pakistán va a mantener las mezquitas abiertas durante el Ramadán. Iglesias cristianas estadounidenses, por su parte, han desafiado las cuarentenas y lo han hecho con el apoyo del fiscal general, William Barr. Este ministro de Justicia no sólo defiende la libertad religiosa protegida en la primera enmienda de la Constitución, sino que utiliza el activismo ultra de muchas congregaciones como base para la “regeneración moral de Estados Unidos”.
Allí donde la autoridad religiosa coincide con la política, como en Arabia Saudí y Marruecos, se ha impuesto el cierre. Este año no habrá peregrinaje a La Meca. Los muecines siguen llamando a la oración cinco veces al día, pero nadie acude, al menos en Oriente Medio y el norte de África, donde hace semanas que hasta se suspendió el rezo de los viernes. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de XAVIER MAS DE XAXÀS - La Vanguardia